Un homenaje sorpresa con más de cien personas movilizadas para que todo saliera perfecto. Tras pasar 74 días en la UCI del hospital de Son Espases luchando contra el coronavirus y otros treinta días más en planta, el doctor Bernardo García de la Villa recibió el alta definitiva el pasado viernes y este miércoles debía empezar la rehabilitación en el hospital donde trabaja como cardiólogo, el hospital de Manacor.
Tenía cita a la una y media e hizo acto de presencia en las instalaciones hospitalarias con puntualidad británica, pero algo que no le había contado ni su mujer estaba a punto de suceder ante sus ojos. Y lo empezó a sospechar cuando tras salir del automóvil con el que llegó al centro hospitalario sonó la música de una festiva colla de xeremiers de rostros muy familiares para el cardiólogo.
Acto seguido un aplauso larguísimo emocionó al doctor García de la Villa. Más de un centenar de personas, entre médicos, enfermeras, personal sanitario y administrativos le abrazaron, demostrado todo su cariño y dado la bienvenida a su casa, lanzando pétalos multicolores y colocándole de nuevo la bata blanca y el fonendo, en un gesto lleno de simbolismo. Especialmente emotivo fue el abrazo con una compañera enfermera que también sufrió la Covid -19
Los aplausos y las muestras de cariño todavía se repetían cuando tras dar las gracias muy emocionado entró en el edificio para acudir a su primera sesión de rehabilitación. Sus compañeros quisieron celebrar así su regreso por todo lo alto, tras una batalla de más de tres meses contra el coronavirus, primero en Manacor y finalmente en Son Espases.
Cabe recordar que ingresó en el Hospital de Manacor el pasado 16 de marzo al dar positivo por coronavirus. Con posterioridad, como consecuencia del empeoramiento de su estado de salud, fue trasladado a la UCI del Hospital de Son Espases. En total, permaneció en una unidad de cuidados intensivos a lo largo de 74 días.
Visiblemente emocionado
Ayer, Bernardo García de la Villa recibió esta sorpresa organizada por sus compañeros cargado de una emoción que le embargó y apenas pudo expresar palabras de agradecimiento para todos sus compañeros.
En una entrevista reciente con este diario, él explicaba qué mensaje trasladaría a la sociedad después de haber pasado la enfermedad. "Yo pediría a todo el mundo que se cuide, y que respete las medidas higiénicas y de distanciamiento social, al menos hasta que se consiga una vacuna eficaz. Las consecuencias y severidad de la infección por Covid-19 son muy impredecibles y, aunque parece estar claro que afecta más a ancianos y pacientes con enfermedades crónicas, todos estamos expuestos a enfermar gravemente por este virus", aseguró. Los integrantes del equipo del servicio de Cardiología aseguraron haberse sentidos "huérfanos" durante la ausencia de su jefe, que ha iniciado ahora el camino de la reincorporación.
