El reto en este 2020 en materia de reciclaje es claro: reducir la generación de residuos y, luego, hacer una correcta separación. De momento, Esporles, Bunyolaocupan el podio como los mejores municipios en materia de reciclaje. Les siguen de cerca Puigpunyent y Valldemossa. En cambio, en la cola están Llucmajor, Marratxí y Alcúdia, seguidos por sa Pobla y Campos.
Según los datos facilitados por la dirección insular de Residuos, Esporles cerró 2019 con un 73,08% de recogida selectiva mientras que un 26,93% de sus residuos que acaban en la bolsa de rechazo, por lo tanto, se envían a incinerar. Bunyola recicla un 69,89% mientras que el porcentaje de la Mancomunitat del Raiguer es del 67,39. En la cola del reciclaje se encuentran municipios como Llucmajor, cuyo porcentaje de residuos que acaba en el contenedor de rechazo es del 92,56%. Es decir, solo recicla un 7,44%. Datos similares son los de Marratxí, que recicla un 7,62% mientras que Alcúdia supera los 12 puntos.
La directora insular de Residuos, Patricia Arbona, remarca que todos los municipios que hace tiempo que aplican el sistema de recogida selectiva del puerta a puerta presentan unos datos muy buenos porque es "uno de los sistemas que mejor ayuda a hacer una buena selección en origen". De hecho, los datos hablan por sí solos. El ejemplo más claro es Llucmajor, que el pasado 20 de enero implantó el puerta a puerta en Llucmajor pueblo. Y en solo tres meses el porcentaje ha cambiado completamente. La regidora Pilar Bonet aporta las espectaculares cifras.
Antes de implantar el nuevo sistema del puerta a puerta el municipio enviaba a incinerar casi un 93% de sus residuos. Desde que se ha puesto en marcha el puerta a puerta, más las tres áreas de aportación y el Punt Verd, el porcentaje de rechazo en el núcleo de Llucmajor ha bajado al 12%. "Es un éxito total", celebra Bonet, que especifica que la materia orgánica supone un 54% de las toneladas recogidas. La intención del consistorio es poner en marcha el nuevo sistema de recogida selectiva en las urbanizaciones a partir de enero de 2021, con lo que se podrá llegar al 50 o al 60% del reciclaje. Con el puerta a puerta en el pueblo de Llucmajor la cifra ya llega al 30%.
En la misma línea se encuentra Manacor, que en 2018 destinaba 2,34 millones de euros en incineración ya que el 87% acababa en la incineradora. En octubre, Son Macià y sa Torre de Porto Cristo estrenaron el sistema puerta a puerta. Así, según los datos aportados por el regidor de Medio Ambiente, Sebastià Llodrà, cerraron 2019 con dos puntos menos y un porcentaje de reciclaje del 15%. Las cifras son similares a Llucmajor. Durante los meses de octubre, noviembre y diciembre en Son Macià y sa Torre pasaron a reciclar un 82%. Y si Manacor cerró 2019 con un 15,33% de reciclaje, seguro que este 2020 mejorará sus datos ya que en febrero el puerta a puerta se implantó en el centro de Porto Cristo y en abril llegará al centro de Manacor.
Medidas a implantar
Desde la dirección insular de Residuos explican las medidas que tienen previsto implantar, unas resoluciones que se centran, detalla Arbona, en el despliegue territorial que contempla el Plan Director Sectorial de Residuos No peligrosos de Mallorca. Así, se prevé la puesta en marcha de un conjunto de infraestructuras que la responsable de Residuos del Consell va enumerando: cinco nuevas plantas nuevas de compostaje que están previstas en Santa Margalida, Felanitx, Calvià, Marratxí y Llucmajor. También se contempla la entrada en funcionamiento de la fase tres de metanización y una nueva planta de envases en Son Reus. "Consideramos que todas estas infraestructuras son básicas para ayudar, animar y acompañar a todos los municipios para que mejoren sus tasas de recogida ya que tendremos la infraestructura necesaria para hacer el tratamiento de todas las fracciones que se recogerán en mayor cantidad", explica Arbona, que recuerda que, según la Ley de Residuos Balear, la recogida de la fracción orgánica pasa a ser obligatoria en 2021. "Si todos los municipios se ponen a recoger la orgánica pero no tenemos las plantas de compostaje adecuadas para recogerla, no estaríamos haciendo nada", ejemplifica. "Nuestro objetivo es cerrar el círculo para tener las infraestructuras que puedan dar cobertura a toda esta mejora en la recogida de residuos", añade. Y si uno le pregunta por el calendario, admite que es "un tema más complicado" porque el proceso administrativo es complejo pero su compromiso es agilizarlo al máximo para ponerlo en marcha de forma progresiva.
Además de estas infraestructuras, Patricia Arbona remarca que el departamento ha contratado a dos personas para hacer asistencia técnica a los consistorios para elaborar planes de prevención con el objetivo de intentar evitar la generación de residuos y de implantar la recogida de la fracción órganica en los municipios que aún no la han puesto en marcha y de mejorarla en las que sí ya la están aplicando.
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