Síguenos en redes sociales:

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Un moderno modelo de la marca John Deere tirando de una cosechadora de patatas en un campo de la 'marjal' poblera.

50 años de la llegada de los Pascualí

La mecanización permitió mejorar producciones y sobre todo aliviar la dureza de las labores cotidianas de los payeses

Tras el asombroso proceso de mecanización de los sistemas de extracción de agua para el riego de los marjales de los municipios de sa Pobla y Muro, aplicable a otras zonas rurales de la isla, llegaría la mecanización de los trabajos del campo. Unas labores tales como preparación de la tierra, arado, abono, sembrado, tratamientos fitosanitarios, riego y recolección que realizaban hombres y mujeres manualmente, manejando rudimentarias herramientas que requerían, además de destreza, un esfuerzo físico agotador.

Si bien la que podría llamarse mecanización del campo en Mallorca, en cuanto a los sistemas mecánicos de extracción de agua y riego (norias, molinos, motores, así como las distintas bombas extractoras) llegaron entre 1850 y 1916, la mecanización de los trabajos o labores del campo, no llegaría, de forma incipiente, hasta la década de los 50, para instalarse de forma intensiva en las décadas de 1960 y 1970.

El año 1960, en el número 75 de la revista local Vialfás, en un artículo titulado 'La Máquina en el Campo', Alexandre Ballester lamentaba de que sa Pobla, "...un pueblo eminentemente agrícola, sigue al margen de la mecanización agrícola, sigue en ese grado de conformidad, de sumisión telúrica, en aceptar los métodos arcaicos, inservibles hoy, de nuestros antepasados..." Añadía que "el pueblo es refractario a la transformación, como lo ha sido en muchas otras ocasiones históricas."

Recordaba Ballester que en todas las zonas agrícolas del mundo, las máquinas desempeñaban un importantísimo papel y achacaba el retraso del agricultor poblense en mecanizar las labores del campo, tal vez por tener sa Pobla su área agrícola muy repartida en pequeñas extensiones y no necesitar las "máquinas normales" que se usaban en otras latitudes, refiriéndose a máquinas, principalmente tractores, demasiado grandes o de excesiva potencia.

Contaba Ballester que había presenciado en el municipio poblense, las pruebas o demostraciones de un motocultor que realizaba a la perfección labores tales como arar, fresar, segar o arrastrar un remolque en sustitución del carro y la mula. Una "mula mecánica" -decía- que aliviaba al agricultor de esfuerzos y sudores además de ahorrar tiempo y mano de obra.

Como si el contenido de aquel artículo del escritor poblense fuera una premonición, no pasarían muchos años para que empezara, paulatinamente, la mecanización de las labores del campo hasta llegar a su intensificación actual con la presencia de las más modernas máquinas capaces de realizar todas y cada una de las tareas en cualquier clase de cultivo.

Dice un extenso y documentado estudio elaborado por Jaume Binimelis y Antoni Ordinas bajo el anunciado: "La mecanización del campo en las Illes balears (1960-1970). El tránsito de la agricultura tradicional a la industrial", publicado en el boletín de la Asociación de Geógrafos Españoles nº 68-2015, refiriéndose a este fenómeno o proceso de la mecanización de las labores del campo: "La incorporación en Balears de los tractores a las labores agrícolas en 1960, aunque notable, todavía no alcanzaba la totalidad del territorio insular", y añade que dicha fase no se consolidaría hasta una década después, a partir de 1970, cuando la motorización multiplicaría hasta por diez la potencia del parque de maquinaria agrícola respeto al existente en 1950.

Tractores

Añade el estudio que la mecanización agraria en la década de los sesenta está protagoniza por la presencia del tractor de ruedas neumáticas en el conjunto de explotaciones agrarias, siendo esta implantación más intensa en la segunda mitad de la década, cuando se produce la introducción de tractores como los articulados, los motocultores, las motosegadoras y también, en menor medida, las cosechadoras.

Por lo que a sa Pobla se refiere dice que "este municipio, aunque de dimensiones medianas, comparado con las grandes extensiones de mayor superficie cultivada de municipios como Llucmajor, Manacor y LlucmajorManacorFelanitx, la villa poblera se erigió en protagonista del despegue de la agricultura intensiva de regadío.

Esta es una noticia premium. Si eres suscriptor pincha aquí.

Si quieres continuar leyendo hazte suscriptor desde aquí y descubre nuestras tarifas.