Si un político en ejercicio de un cargo público no trata a todos sus administrados desde una posición de igualdad y en un plano equivalente al del común de los mortales, lo tiene imposible para salvar los bártulos y la complicidad con la ciudadanía. El incumplimiento de tan elemental premisa es la causa de tanta desafección entre política y sociedad.
Ahora trasciende, con apariencia accidental, que el gobierno de Més y PSOE en Sóller retiró en 2015 una cuarentena de pases que daban cancha libre en las instalaciones del polideportivo de Son Angelats. Los agraciados, se supone que en sintonía o pago de favores del anterior gobierno del PP, podían ahorrarse de este modo 380 euros anuales.
Dos cosas llaman la atención en este asunto, una la propia existencia de estas rebautizadas 'tarjetas black' a la sollerica, otra, que si su cancelación se hizo hace más de tres años en el marco de las medidas de transparencia que también afectaban a las dietas y teléfonos móviles, no se haya divulgado hasta ahora. ¿Se esperaba la oportunidad política? ¿Nos queda algo por saber que obligara a mantener el secreto? La transparencia, cuanto más nítida mejor. Si se maneja a conveniencia pierde todo su sentido.
