En el alboroto de un intercambio de clases en el instituto, un corrillo de jóvenes habla de chicas. Uno de ellos, Pol, alardea mostrando un vídeo con su novia mientras mantenían relaciones sexuales. Y anima a otro, Johan, a hacer lo mismo. Éste se lo piensa. No está muy convencido, pero llega su fiesta de cumpleaños, en que corre el alcohol. Johan intima con una chica que se llama Sara. Al amanecer decide hacer un vídeo de ella desnuda mientras duerme para compartirlo con sus amigos.

Esa acción tendrá consecuencias. Graves. Al difundirse la grabación entre todo su entorno, la joven intentará suicidarse tomándose un bote entero de pastillas. Y Johan acabará siendo juzgado por un delito de revelación de secretos. El resultado: una condena de tres años de cárcel y una indemnización a la víctima por un importe de 30.000 euros.

"¡Johan no tendría que haber hecho eso! No tenía por qué mostrar ese vídeo", dice una alumna de cuarto de Bachillerato del instituto de secundaria (IES) de Calvià tras ver el cortometraje que cuenta la historia de Pol, Johan y Sara; un vídeo realizado por el colegio de abogados de Granollers y utilizado por los Mossos d'Esquadra, para concienciar a los jóvenes sobre los peligros del 'sexting'.

"Se ha disparado"

Este anglicismo remite a una práctica cada vez más habitual en un mundo en que las nuevas tecnologías avanzan a velocidad sideral: el intercambio de contenido sexual propio o ajeno a través de teléfonos móviles y redes sociales.

"El 'sexting' se ha disparado. Los chavales lo tienen normalizado y no se dan cuenta de las consecuencias que puede acarrear. Consecuencias psicológicas y penales, porque hay que recordar que el artículo 197 del Código Penal establece condenas de tres a cinco años por un delito de relevación de secretos". Quien habla así es el oficial de Policía de Calvià Pep López, quien, junto con el polícía tutor Toni Gayà, impartieron esta semana una charla informativa sobre los peligros del 'sexting' a los alumnos de cuarto de ESO del IES Calvià. Durante el curso, darán este tipo de charlas sobre los peligros de internet en otros centros del municipio. En esta clase especial, a los alumnos se les enseña el vídeo con la historia de Johan y Sara. Aparentemente, lo siguen con atención. "Este vídeo es una forma de que les llegue mejor el mensaje. En el corto, pueden ver situaciones con las que se sienten identificados, como el ambiente de instituto, una fiesta con música...", explica López.

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A debate en el aula

Acabada la proyección, los agentes animan a los jóvenes a sentarse en grupos de cinco, y se les da un cuestionario con preguntas sobre cada uno de los personajes que aparecen en la cinta para que opinen si les ha parecido bien su actitud o no. Un grupo se centra por ejemplo en el personaje de Pol, que incita a los amigos a grabar vídeos íntimos. "¡Él también tendría que ir a la cárcel!", dice un joven del IES Calvià.

Los policías van haciendo preguntas a los alumnos y cuentan historias de gente que ha sufrido 'sexting'. Historias como la de una joven que se encontró un día su imagen en un anuncio de un sex shop de Londres, sin saber cómo había acabado ahí esa foto. "¿Y qué problema hay? Que le ponga una denuncia a la empresa, ¡y se ganará una indemnización!", comenta en voz alta un estudiante.

Reputación digital

El oficial López intenta explicarle la importancia de preservar la intimidad y de tener una buena reputación online, esto es, la imagen que uno transmite de sí mismo en redes sociales. "El día de mañana, os pueden cerrar muchas puertas laborales por vuestra identidad digital", les intenta hacer ver el agente. "¿Y si quieres trabajar en una hamburguesería también sería un problema?", sigue polemizando el joven anterior, disconforme con los argumentos del policía.

Mientras el debate sigue en el aula y a preguntas de este periodista, el policía tutor Toni Gayà relata su experiencia y cuenta cómo los jóvenes no son conscientes de las repercusiones de un simple clic. Explica uno de los últimos casos que ha atendido. Un joven que intercambió contenido pedófilo. "Él no sabía ni lo que enviaba", indica Gayà.

Cuando se pregunta a la Policía si hace efecto la amenaza de la vía penal contra unos menores de edad que saben que no pueden ir a la cárcel porque no tienen la edad mínima, el polícía tutor recuerda que la responsabilidad civil sí que les incumbe y que sus familias tendrían que hacer frente al pago de una indemnización.

El problema subyacente a todo este fenómeno del 'sexting', apunta por su parte la orientadora del instituto de Calvià, Gael Thyus, es la hiperdependencia del móvil. "Cuando les dices que lo tienen que dejar porque han infringido las normas, ¡el drama es absoluto!", comenta Thyus.

Uso del móvil

En este centro que cuenta con más de un millar de estudiantes, son estrictos con el uso de dispositivos móviles. Sólo se permite en la hora del patio y cuando se autorice como herramienta pedagógica. Thyus señala que han hecho frente a varios casos de 'sexting'. "Consideramos que es un problema muy grave, porque pasa cada vez más temprano. Los alumnos son muy jóvenes. Nos está pasando en primero y segundo de ESO, lo que es muy grave. Estas situaciones las abordamos enseguida. Intentamos averiguar qué está pasando. Si es necesario, avisamos a la Policía o de la Guardia Civil", manifiesta.

Las palabras de la orientadora se superponen prácticamente con el timbre que marca la hora del descanso. Un alboroto juvenil se traslada de las clases a los pasillos y al patio del IES Calvià. "Fíjate", dice el policía Gayà, "muchos de ellos no separan la mirada de su móvil". Los agentes esperan que el trabajo didáctico sirva para que esas pantallas no se dediquen nunca al 'sexting'.