Son Real debe ser sobre el papel un espacio en el que sobresalgan y se garanticen los valores naturales, etnográficos y marítimos de la finca. Empezó con buen pie su andadura pública pero, desde entonces, todo ha sido un tropiezo entre instituciones y organismos por apatía, incompetencia, falta de objetivos claros o intereses políticos diversos. Es la combinación perfecta para el fracaso.
El ayuntamiento de Santa Margalida tiene previsto acordar hoy la denuncia del convenio de Son Real y recuperar el control de los caminos públicos que atraviesan la possessió. No es una buena noticia por mucha razón que asista al alcalde Monjo al decir que ésta es una competencia municipal y que corresponde al Ayuntamiento autorizar o privar pasos por trazados públicos. Esta función no es incompatible con la avenencia y la colaboración entre instituciones que tienen responsabilidad sobre una finca única, delicada y propiedad de todos. La ruptura que consumará hoy el ayuntamiento de Santa Margalida no es más que otra evidencia de los fracasos que se están acumulando en la gestión de Son Real y que necesitan una reconducción en beneficio de todos.
