La superficie de viña en producción de la Denominación de Origen (D.O.) Pla i Llevant ha aumentado un 21,85% durante el último año. Así lo reflejan las últimas estadísticas de producción y comercialización de los vinos baleares durante 2017. Las trece bodegas que conforman la D.O. pasaron de cultivar 362 hectáreas a 441. Una subida que contrasta, sin embargo, con el descenso de casi un 10% (9,95) de la superficie en explotación de la D.O. Binissalem.
De las 1.631 hectáreas productivas que hay actualmente en las islas, la mayor parte corresponden a Vins de la Terra Mallorca con un 45,56% del total, seguidas de las cultivadas por la D.O. Pla i Llevant con el 27,05% y la D.O. Binissalem con el 19,17%.
Pese a ello, las circunstancias tanto climáticas como fisiológicas de la viña han hecho que en 2017 la producción haya caído respecto a la cosecha de 2016, de los dos millones de kilos a uno y medio en el caso de los vinos de Binissalem (-23,79%) y de los 2,4 a 2,1 millones de kilos de uva (-9,65%) en el caso del Pla i Llevant. Para un descenso global de las dos denominaciones de origen de un 16,13%.
"En ello han tenido que ver factores diversos, como la sequía de la temporada pasada o un conjunto de circunstancias que han afectado de igual manera a muchos otros países de la Unión Europea", explica el presidente de la D.O. Pla i Llevant, Antoni Bennàssar. Descensos que se traducen en porcentajes prácticamente iguales por lo que respecta al vino resultante de la transformación de esas uvas, de 13.184 hectolitros a 10.126 en el caso de la D.O. Binissalem y de 16.432 a 14.792 hectolitros en el de la D.O. Pla i Llevant. Un tanto por ciento global que para las islas ha afectado más al vino rosado (-14,7%), que al tinto (-11,8%) y al blanco (-4,8%).
En cuanto al aumento de la superficie, Bennàssar señala que ello se debe al cupo de hectáreas que cada año reparte el ministerio de Agricultura por comunidades y que después desde el Govern se redistribuyen "de manera equitativa". Normalmente procedentes de hectáreas previamente arrancadas en otros puntos del país y que después salen 'al mercado'.
A Alemania
Por su parte lo que sube, aunque de forma más relajada que en 2016, es la venta de botellas tanto en Balears como la exportación a otros países. Un crecimiento ínfimo en el caso de la D.O. Binissalem (0,07%) y continuado en el caso de los vinos de la comarca del Pla y este de Mallorca, de un 9,01%, hasta llegar a los 13.991 hectolitros. Sobre todo han subido las ventas dentro del estado español, un 139,59% más en 2017.
Antoni Bennàssar señala que los vinos de la D.O. Pla i Llevant "se venden y consumen en un 90% aquí en España (mayoritariamente en Balears) y el 10% restante sale fuera". De ese vino exportado, dentro de la Unión Europea más del 86% va a parar al mercado alemán y al austriaco. Mientras que fuera de la UE, Suiza y Estados Unidos son los principales clientes.
Actualmente la comercialización del vino producido en las islas reporta unos beneficios que durante el pasado 2017 fueron de 34.412.554 euros, un crecimiento muy notable respecto a hace solamente una década, cuando fueron de 17.667.573 euros.
