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Propiedades y usos

Un pleito siempre es el fracaso de la capacidad de diálogo y del entendimiento, una solución externa, muchas veces necesaria, pero que deja huellas y secuelas. Tampoco sirve para transmitir mensajes edificantes.

Todos estos efectos secundarios del amparo y mediación judicial se acentúan todavía más cuando los intervinientes son instituciones y organismos que tienen su razón de ser en el servicio público, como la diócesis y el ayuntamiento. Por eso mismo no llama tanto la atención que la jueza haya dado la razón a la Iglesia en el asunto de la propiedad de las murallas y el patio interior de Sant Salvador de Artà, como el hecho de que haya sido imprescindible llegar a juicio y dictar sentencia para resolverlo.

Hubiera supuesto mayor alivio comprobar como la rectoría y la casa consistorial eran capaces de confraternizar para convertir el enclave exterior del santuario de Artà en una especie de atrio de los gentiles en versión local, en el que son capaces de convivir la tradición histórica, las costumbres folklóricas, el paisaje único y la religiosidad popular. El exterior de los lugares de culto, mucho más si son emblemáticos y están identificados con la población, son un buen lugar de confluencia de la sociedad plural. Administración local y diocesana deberían haberlo tenido en cuenta antes de forzar el fallo judicial de vencedora y vencida.

Los fundamentos usados por la juez para determinar que las murallas y patio de Sant Salvador de Artà son de titularidad eclesiástica no parecen dejar lugar a dudas al amparo de normativas ya históricas y convenios suscritos. Queda resuelta la parte legal, validada una inmatriculación que estaba en discusión. Con las cosas y la propiedad clara, también se pueden adoptar decisiones más certeras y responsables.

No hay lugar a la división en propiedad parcelada del conjunto de Sant Salvador. El ayuntamiento siempre ha hablado de bienes conjuntos, pero historiadores, documentos y jueza acreditan lo contrario. Ahora solo cabe esperar que exista la voluntad y capacidad de entendimiento suficiente para arbitrar usos de Sant Salvador capaces de satisfacer a artanencs y visitantes. Es la mejor forma de dar sentido a la propiedad.

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