La próxima edición de la fiesta del Pi de Sant Antoni de Pollença ya no contará con la presencia del gallo vivo en el interior de la cesta que se cuelga en lo alto del pino que los jóvenes intentan escalar. Así lo anunció en el pleno del jueves el alcalde de Pollença, Miquel Àngel March (Junts Avançam), en cumplimiento de la ley de Protección Animal, que prohíbe el uso de animales vivos en las celebraciones festivas. Se trata de una tradición de la que el Ayuntamiento no ha podido constatar la celebración ininterrumpida durante cien años, una de las excepciones que marca la Ley para este tipo de festejos populares.

La decisión del alcalde March se hizo pública al final del debate plenario sobre una moción presentada por Alternativa per Pollença que reclamaba precisamente la retirada definitiva del gallo en la fiesta del Pi de Sant Antoni para evitar el sufrimiento del animal y para cumplir la Ley, ya que el ayuntamiento de Pollença ya fue multado con 1.500 euros hace unos años por este motivo.

Alternativa argumentó que todas las tradiciones evolucionan y se adaptan a los nuevos tiempos porque solo de esta forma garantian su continuidad. "Las tradiciones que no se mueven son las que desaparecen", apuntaron.

La moción fue rechazada por el pleno ante la imposibilidad de pactar un texto conjunto entre todos los partidos. El equipo de gobierno Junts Avançam-UMP intentó introducir una enmienda en la que se instaba a "dignificar" la presencia del gallo en la fiesta, aunque no su retirada definitiva porque, según el pacto, el gallo es el animal representativo de Pollença y su participación podría canalizarse a través de alguna fórmula "alternativa" que no especificaron. En cualquier caso, la enmienda también apostaba por la retirada del gallo en lo alto del pino, si bien dejaba una puerta abierta a la utilización del animal de una forma más respetuosa y dentro de la legalidad.

Falta de consenso

Alternativa se negó de forma tajante a modificar su texto y de nada sirvieron los diez minutos de receso ordenados por el alcalde para tratar de llegar a un acuerdo. Según el partido asambleario, la propuesta de Junts "crea confusión", por lo que fue rechazada.

Finalmente, el alcalde March optó por apoyar la moción de Alternativa, que contó únicamente con tres votos a favor, incluido el del alcalde. El resto de regidores del equipo de gobierno, a pesar de compartir la visión de March en esta cuestión, se decantó por la abstención para dejar constancia de su malestar con Alternativa por su negativa a consensuar un texto conjunto.

Los partidos de la derecha, Tots per Pollença y PP (el edil no adscrito Martí Roca estuvo ausente), votaron en contra de la propuesta, lo que impidió su aprobación. Unos y otros apostaron por la organización de una consulta popular para que sean los 'pollencins' quienes decidan el futuro del gallo. El PP expresó sus "dudas" de que el animal padezca en lo alto del pino, ya que antes se colgaba boca abajo y ahora descansa en el interior de una cesta, a oscuras. Por su parte, el exalcalde Tomeu Cifre (Tots) propuso instar al Govern a modificar la ley de Protección Animal para prohibir expresamente la presencia del gallo en la fiesta 'pollencina', "y se ha acabado el debate". También cuestionó el sufrimiento del animal, que según Alternativa es "incuestionable".

En cualquier caso, el alcalde cerró el debate asegurando que el próximo año el gallo desaparecerá de la fiesta popular. "La eliminación de los animales en las fiestas es un proceso imparable y pronto será una realidad, en el caso de Pollença no tiene sentido mantener el gallo en lo alto del pino y el año que viene ya no estará", señaló March, que lamentó la imposibilidad de llegar a un acuerdo conjunto.