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Agricultura

El exceso de lluvias arruina la recogida del 20% de la naranja temprana en Sóller

Los agricultores del valle lamentan que las intensas precipitaciones de diciembre y enero hayan deteriorado la fruta que está más madura

Una quinta parte de la naranja temprana que se cosecha en Sóller durante los meses de invierno ya se da por perdida, en tanto que las lluvias de diciembre y enero han propiciado que el fruto se pudra en el árbol y se caiga.

Así lo aseguró ayer el presidente de la cooperativa agrícola Sant Bartomeu de Sóller, Miquel Gual, que explicó que es un hecho "normal" que se produzca debido al exceso de agua al que se han sometido los naranjos del valle en los dos últimos meses. La caída prematura de los cítricos afecta a las variedades más tempranas, las que se cosechan durante el invierno, que son la nável, la navelate y, en menor medida, la variedad autóctona de canoneta.

Según explica Miquel Gual, los agricultores del valle empezaron a registrar la caída de naranjas durante el mes de enero, un proceso que se acentuó tras el temporal de lluvias que se registró en ese mes. Los técnicos de la cooperativa lo atribuyen al hecho de que los árboles han recibido un exceso de agua, lo que ha propiciado un agrandamiento muy rápido de las naranjas que ha facilitado que se hayan ido pudriendo al árbol. "Cuando la fruta está madura no es nada bueno que haya tanta lluvia", agregó Miquel Gual, porque "la fruta contiene ya mucho azúcar que facilita que se deteriore con mayor rapidez frente a las variedades más tardías".

Y es que según ha comprobado la cooperativa de Sóller, los cítricos más tardíos no se han visto afectados por la caída masiva de naranjas. Según Gual, "al ser un fruto que todavía está muy verde no se ve tan perjudicado por el exceso de lluvias como sucede con las más tempranas". La cooperativa estima que durante la temporada de invierno se perderá un 20% de la producción de naranjas "en un año en el que se creía que habría una buena cosecha de cítricos".

Olivar

Si para los naranjos las lluvias no han sido muy bien recibidas, no ocurre lo mismo con el olivar de la Serra. Gual explicó que los olivos se vieron afectados por la larga sequía de 2016 que provocó una caída drástica en la producción de aceituna, "pero estas lluvias han sido muy beneficiosas porque permiten a los olivos recuperarse tras meses de mucha sed". Además, reseñó que las precipitaciones no afectaron a la producción de este año porque apenas se han recogido aceitunas en la Serra.

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