Si cuantiosos han sido los daños causados en el sector agrario de sa Pobla por las lluvias e inundaciones, cuantificados por los agricultores en unos tres millones de euros, a estos perjuicios habrá que añadir los no menos considerable daños ocasionados por el temporal de viento que azotó la isla la noche-madrugada del domingo día 5 al lunes 6. Según diversas fuentes consultadas, las rachas de viento, que en la comarca de sa Pobla alcanzaron los 87 kilómetros por hora, afectaron a todas las cosechas, en pleno desarrollo, en mayor o menor intensidad. Según Joan Mateu, gerente del portal comercializador Mateu-Export, "los daños por viento en las cosechas no pueden cuantificarse hasta pasados cuatro o cinco días, para determinar si estos han sido portadores de sales marinas, que depositadas sobre las plantas, causan todavía mayores perjuicios".

Además de las plantaciones de patata, alcachofa y otras, sí se sabe, que las plantaciones de cítricos, principalmente naranjas, han padecido cuantiosos daños. Así nos lo confirmaba Antoni Gost, visiblemente consternado y con lágrimas a flor de piel, "no sé como expresar la angustia que he sentido al comprobar como 70 toneladas de naranjas estaban esparcidas sobre la tierra, nunca había visto cosa igual en cuarenta años que me dedico a la agricultura", y añadía que este año se presentaba una gran cosecha, especialmente de la variedad navelate, "pues me había gastado un dineral en la aplicación de un tratamiento especializado".

Según una apreciación aproximada, se calcula que la media docena de Agricultores poblers que se dedican al cultivo del cítrico, dedican al mismo una extensión que ronda entre las 40 - 42 hectáreas, que se han visto afectadas en su totalidad, en mayor o menor cuantía.

Pero no es solamente el panorama desolador que presenta la cosecha del cítrico este año en sa Pobla, pues explica, Toni que "después de una cosecha tan productiva, el árbol ­­-en este caso los naranjos- el próximo año bajan su rendimiento, a causa del esfuerzo orgánico realizado, necesitando un tratamiento de regeneración con productos que resultan muy costosos".

En el caso de Toni Gost, éste, cultiva una finca de tres hectáreas de naranjos en Can Rosselló, lindante con el camí de Gaieta o Can Peu Blanc y otra de 2,5 hectáreas en Son Figuerola, y a día de ayer no sabía qué hacer con todo el fruto caído sobre la tierra; si fresarlo o intentar aprovechar alguna partida para destinarla a la fabricación de zumo.

Según la concejalía de Agricultura del Ayuntamiento de sa Pobla, que gestiona el concejal de Hacienda y Agricultura Joan Pérez, al mediodía de ayer no habían recibido comunicación alguna de los agricultores afectados por el temporal de viento del pasado fin de semana.