Gabriel Amengual: "A la gente le gusta ver un buen puesto de esclata-sangs y picornells"
Gabriel es un vendedor nato. Uno de los mercaderes veteranos del Dijous Bo y del mercado semanal. Lleva más de 25 años acudiendo. Cada año ofrece una extensa exposición de setas y frutas de la temporada.
El vendedor nos recibe junto a sus hijos, que le ayudan a atender el puesto, en la calle Obispo Llompart mientras despacha níscalos.
-¿Cuántos años lleva acudiendo a vender al Dijous Bo?
-Llevo más de 25 años asistiendo a la feria con mis productos, una fruta de primera calidad y las setas, siempre procuro tener una oferta muy variada pues en este tiempo la gente las aprecia mucho.
-¿Qué compra más la gente?
-Como ya he dicho las setas, especialmente, y como buenos mallorquines, los esclata-sangs (níscalos en castellano). Sin embargo, se venden también muchos picornells (rebozuelos) y otros más exóticos para nosotros que he ido introduciendo como trompetas de la muerte.
-¿No resulta caro comprar el producto mallorquín frente al importado?
-El producto mallorquín vale más pero se gana en calidad porque no necesita mucho transporte y llega más fresco. Yo, por ejemplo hoy (ayer para el lector) he vendido dos kilos de esclata-sangs mallorquines a 60 euros el kilo, y ha sido lo primero que se ha acabado porque justo tenía dos kilos.
-¿Está bien organizado este año el Dijous Bo?
-Claro que sí. El Dijous Bo no tiene secreto, lo importante es que los vendedores ofrezcamos productos de buena calidad. Si el Ayuntamiento, que ya tiene mucha experiencia hace una buena selección, los visitantes se van contentos.
-¿Ha ganado el Dijous Bo con los años?
-El Dijous Bo ha ido a más en cuanto a extensión y gente, pero ha ido a menos en cuanto a compras. No sé a que achacarlo pero la gente gasta menos que hace años.
-¿Era diferente cuando usted era un niño?
-Cuando yo era niño esperábamos el Dijous Bo como quien espera Navidad. Para los niños era una ilusión porque venían las atracciones de feria, los animales y disfrutábamos. Yo recuerdo, sin embargo, que el miércoles no era como ahora que casi se ha incorporado ya a la feria y realmente es un poco pérdida de tiempo porque hay poca gente comprando.
-Y usted compra algo en la feria?
-Yo le he com prado una maceta a mi mujer.
-¿Qué se debería mejorar del Dijous Bo?
-Promoción se hace suficiente. Se oye hablar mucho del Dijous Bo, pero yo creo que estaría muy bien si este día se subvencionaran algunos servicios de transporte público de ida y de vuelta con los municipios que no tienen comunicación con Inca por tren..
-¿Va a seguir acudiendo a la feria como vendedor?
- Es mi trabajo. Yo vivo de la venta en el mercado y soy de Inca. Acudo al mercado cada jueves porque es mi fuente de ingresos; acudo al Dijous Bo porque es mi trabajo pero también porque quiero que Inca progrese.
María José Moreno: "Es el primer año que acudo al Dijous Bo y volveré el año próximo"
María José es una costurera enamorada de su trabajo. Comenzó por afición pero le satisfizo tanto que ha hecho de ello su profesión y su fuente de ingresos. Este año ha asistido por primera vez a la feria de las ferias.
La costurera nos atiende ante su decorado puesto en el que se ven muchos baberitos y badanas para bebés. Sonríe entre avergonzada y orgullosa de lo que cuenta.
-¿Es su primer año en la feria?
-Sí, y me ha causado una grata impresión.
-¿Y eso por qué?
-Pues porque yo ya conocía a mucha gente del grupo en el que he estado y me he sentido como en una troupe circense. He estado en el barrio de los artesanos y como todos somos del sindicato de la Paz y nos conocemos ha sido como ir a una fiesta en familia
-¿Ha sido el Dijous Bo lo que esperaba?
-Esta calle en que me han colocado, con todas las costureras, me ha gustado mucho (calle de la Pau). No es que me esté yendo demasiado bien pues hay otras compañeras que están vendiendo mucho más que yo, pero no me quejo. Personalmente me va mejor el mercadillo artesanal que se hace cada viernes en Inca
-¿Acude usted al mercadillo artesanal?
-Si, todos los viernes en la calle Major de Inca. Ha sido una gran iniciativa del Ayuntamiento de Inca pues así los artesanos disponemos de un espacio exclusivo, cuando estamos diluidos en una feria la gente no aprecia tanto nuestro producto, aunque aquí en Inca tienen una especial sensibilidad.
-¿Le ha gustado como está montado el Dijous Bo?
-No he podido ver mucho porque he estado atendiendo mi puesto. Si he dado una vueltecita por el barrio de los artesanos y me ha gustado. Aunque quiero decir una cosa. He venido las tres ferias previas al Dijous Bo y he notado que en las ferias hay un ambiente más familiar. No hay tanta gente pero es como más acogedor y yo, en particular, vendo más.
-¿Qué le pareció el Dimecres Bo?
-Yo podría haberme quedado en casa. Entiendo que la feria es tan grande que para montarla toda es preciso venir un día antes pero, sinceramente, hubo muy poco negocio.
-¿Piensa volver el año próximo?
-Sí, ya lo creo. Si me admiten pienso volver, yo me siento muy a gusto con los artesanos del gremio de Inca.
-¿Qué es lo que usted elabora?
-Básicamente cositas para bebés: baberos, badanas, algún gorrito de ganchillo.
-¿Y quién le compra más las mamás o las abuelas?
-Pues fíjese que los papás. Yo vendo mucho a caballeros que se acercan para comprar algo original que regalar. ¡Ojo! Las abuelas también son muy buenas clientas porque son las que miman a los nietecitos; les gusta mucho las prensas elaboradas a mano, probablemente porque es lo que ellas vivieron siendo mamás
-¿Cómo empezó con esto?
-Como afición. Empecé haciéndole ropita a mi sobrina y a los bebés de algunas amigas. Hace dos navidades me decidí por asistir a algunas ferias y aquí estoy, trabajando.
