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Imagen de una de las balsas de decantación de la estación de tratamiento de aguas.

Sóller

Protestas por los malos olores que causa la depuradora

El Ayuntamiento reclama que se amplíe y se modernice la actual estación de tratamiento

El ayuntamiento de Sóller ha transmitido al Govern balear protestas vecinales por el supuesto mal funcionamiento de la estación depuradora de aguas residuales. La instalación emana malos olores que resultan molestos para los residentes más próximos a Son Puça, lugar donde está ubicada.

En el ayuntamiento se tiene el convencimiento de que la depuradora se ha quedado pequeña para absorber todo el caudal que le llega desde Sóller y Fornalutx, por ello aboga por una renovación integral de sus instalaciones para adaptarla a las necesidades reales.

El concejal de infraestructuras de Sóller, Andreu Castanyer, apunta que el hedor se genera en las primeras horas de la mañana y de la noche "lo que coincide con las franjas horarias donde hay mayor actividad doméstica en los hogares del valle", un hecho por el que cree que la instalación "no da abasto". A su juicio, la depuradora "se ha quedado pequeña y sus equipos completamente obsoletos y desfasados" por lo que urge al Govern a llevar a cabo medidas concretas para acabar con este problema. Castanyer explica que "desde el ayuntamiento poco se puede hacer" con las quejas que le han transmitido los vecinos, aunque explicó que han sido trasladadas a la conselleria de Medio Ambiento para que tengan conocimiento de su existencia.

Necesidad

A juicio del ayuntamiento, la depuradora de Sóller "necesita mejorar "con una inversión potente para acabar con los problemas que genera", afirma Castanyer, quien a su vez reivindica ampliar sus instalaciones para que los equipos puedan funcionar de manera óptima durante los meses de verano, época con mayor densidad de población.

Los problemas que denuncian los vecinos en verano se suman a las que realizan durante los meses de invierno cuando las almazaras de Sóller están en plena producción del aceite de oliva. Los alpechines que le mandan en el agua residual provocan una alteración química en el proceso de depuración, lo que genera emanaciones de malos olores.

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