El juzgado de Primera Instancia número 2 de Palma ha sacado a subasta más de la mitad de la urbanización de Muleta II como consecuencia de la ejecución de una hipoteca contra su propietario, el magnate inmobiliario Mathias Kühn.
Según el edicto, el juzgado saca a subasta una parcela de 37.443 metros cuadrados por un importe de 7.172.000 euros, una cantidad que dista mucho de los cien millones que su propietario había valorado hasta ahora para toda la urbanización. Los terrenos ocupan una superficie total de unos 50.000 metros cuadrados en una zona privilegiada del Port. La subasta dejará al empresario alemán sin más de la mitad de los terrenos que posee en el Port de Sóller, donde proyecta ejecutar una urbanización con capacidad para 33 viviendas unifamiliares.
El promotor de la reclamación económica es la Sareb, el denominado banco malo, que insta a ejecutar una hipoteca por valor de 2,5 millones de euros, a los que añade 791.000 euros en concepto de intereses de demora. La reclamación total suma 3.429.393 euros. El préstamo hipotecario se ejecuta contra las empresas Kühn y Partner Internacional Property y Birdie Son Vida, sociedades que pertenecen al empresario unido sentimentalmente a la ex vedette Norma Duval.
Según el auto judicial, la subasta se celebrará el próximo 16 de diciembre en los juzgados situados en Sa Gerreria de la ciudad de Palma. Si la venta resultara desierta, la Sareb podría adjudicarse la urbanización por el 50% del precio de salida.
Giro de 180 grados
La subasta de una gran parte de los terrenos de la urbanización del Port de Sóller complica aún más la situación que se venía dando hasta ahora con Muleta II. El empresario inmobiliario viene reclamando desde 2013 la recalificación de los terrenos que le fueron desclasificados en 2008 mediante la moratoria urbanística que aprobó el Govern.
Hace ahora poco más de dos años Kühn y el Govern llegaron a un acuerdo ante el Tribunal Superior de Justicia de Balears (TSJB) mediante el cual el gobierno autonómico reconocía que los terrenos de Muleta II eran urbanos. A cambio, su propietario retiró la demanda que interpuso contra el Govern tras su desclasificación mediante la cual reclamaba una indemnización de cien millones de euros.
El acuerdo transaccional ante el TSJB fue el inicio de un largo contencioso entre Mathias Kühn y el ayuntamiento de Sóller que todavía no ha concluido, ya que la administración municipal se ha negado a reconocer que los terrenos de Muleta II son urbanos.
El último episodio se produjo durante la campaña electoral de las pasadas elecciones municipales, cuando el empresario alemán dio un ultimátum de dos meses a Sóller para que recalificara la urbanización.
El consistorio 'solleric' ha hecho caso omiso a esta petición hasta la fecha y el Ayuntamiento esperaba que de un momento a otro el caso pueda desembocar en los tribunales. El Ayuntamiento tiene a su favor una serie de informes técnicos internos y externos que aseguran que Muleta II no es un terreno que pueda considerarse como urbano.
