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Cuatro décadas de fuerza vecinal

Cuatro décadas de fuerza vecinal

La Federación de Asociaciones de Vecinos de Palma celebra su 40 aniversario con casi medio centenar de entidades y la satisfacción de haber mejorado Ciutat gracias a sus reivindicaciones y la cohesión vecinal lograda durante estos años

Disfrutar del Parc de la Mar frente a la Catedral se logró con «la fuerza de la unión», el lema que resume las cuatro décadas de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Palma. Aún no existía con ese nombre, sino como una coordinadora vecinal, ya que la campaña ‘Parc sí, parking no’ fue impulsada en las postrimerías del franquismo y la entidad que en breve cumple 40 años no estaba permitida. El activo movimiento ciudadano y la creación de las primeras juntas de barrio fueron su germen y el 26 de noviembre de 1980 se constituyó legalmente con 13 asociaciones de vecinos y Rosa Bueno como presidenta de «un proyecto de ciudad».

«Desde el primer momento nos dimos cuenta de la necesidad de compatibilizar las demandas de cada barriada con una visión global para mejorar Palma», en palabras de Francisco Mengod, tesorero de la junta promotora de la Federación y tercer presidente. Su creación sirvió «para tener un NIF», bromea, ya que «la unión de las entidades vecinales venía de atrás y fue lo determinante», justifica recordando la primera campaña realizada entre todos: ‘Un consultorio por barrio, un ambulatorio por zona’.

El correfoc de la Nit de Sant Joan en el Parc de la Mar.

De la FAVVP destaca que «vela por el interés general de la ciudad a través de las asociaciones que representa. Si estas tienen gente comprometida y combativa, la Federación también lo será». Y añade otra virtud: «logra poner sobre la mesa de las instituciones temas que afectan a un barrio y tienen suficiente importancia. Hace que se escuche su voz, ya que muchas veces cuando una sola entidad vecinal reclama algo, carece de repercusión».

Al «introducir los problemas ciudadanos en la agenda política, obliga a acelerar la búsqueda de una solución», afirma Joan Font. Él fue el primer secretario de la Federación de Vecinos y cuarto presidente. Ejemplifica la frase anterior argumentando que «la necesidad de médicos en cada barrio, mejoras urbanísticas o de movilidad, como asfaltar o poner semáforos, al final hubiesen sido atendidas, aunque mucho más tarde». Mengod corrobora que «la lentitud del Ayuntamiento demuestra la importancia de que existan estas entidades para que las reivindicaciones no caigan en el olvido». Además, «los partidos que gobiernan no cuentan con un entramado social repartido por todos los barrios que sepa cuáles son los problemas, sino que quienes los conocen y sufren son los que viven allí».

Según Xisco Bonnín, que fue presidente «durante unos meses» y lleva décadas en el movimiento vecinal, «Palma es una ciudad mucho mejor de lo que sería si no hubiesen existido la Federación ni las asociaciones que forman parte de ella». Recomienda a los gobernantes «curtirse antes» en una entidad de este tipo, aunque deja claro que, «pese a que suele haber una cierta carga política, la Federación debe ser apartidista e independiente. No puede ser la correa de transmisión de ningún partido, porque de lo contrario no arraiga en la sociedad ni tiene credibilidad entre los vecinos, que son de todas las ideologías».

Manifestación 'Parc dí, parking no' disuelta por la policía

Respecto a los logros a lo largo de estas cuatro décadas, los tres presidentes citados coinciden en que «la educación para adultos fue uno de los primeros grandes éxitos. Ahora parece que todo el mundo sabe leer y escribir pero en los años 80 mucha gente era analfabeta y no existía un centro oficial gratuito donde aprender», recuerda Bonnín. «Al principio había tres o cuatro asociaciones vecinales que daban clases con voluntarios, pero la demanda se generalizó y la Federación creó para ello Aula Cultural», detalla Mengod. «Llegó a tener clases en 22 barrios, por lo que que miles de palmesanos se pudieron sacar el Graduado Escolar».

Otro logro de esa década fue «que el Ayuntamiento aprobase el reglamento de Participación Ciudadana», aunque para Font «también era muy importante lo intangible», en referencia a «crear cohesión y conciencia de barrio con las fiestas de verano y otras actividades, ya que en las nuevas zonas del extrarradio, como Son Oliva, por ejemplo, no había casi nada». La Federación recuperó desde sus comienzos la tradición popular del Diumenge de l’Àngel y la Nit de Sant Joan, trasladada del Puig de Sant Pere al Parc de la Mar para convertirla en la fiesta del verano en Ciutat.

Hitos recientes

De la última etapa, el presidente actual, Joan Forteza, destaca dos hitos pioneros: «La anulación en 2016 de la ordenanza cívica por parte de los tribunales, porque vulneraba los derechos de los palmesanos, y la presentación en 2017 de la iniciativa popular con más de 6.000 firmas para que se prohibiese el alquiler turístico en pisos». La FAVV se ha reactivado con su mandato tras varios años en declive debido, según explica, a «la implicación de toda la junta directiva y la toma de conciencia de que la fuerza de la unión es fundamental para encabezar esa capacidad transformadora de la ciudad que tiene la Federación», concluye sobre el compromiso desinteresado de las 49 entidades vecinales que la componen.

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