El ultimátum lanzado la semana pasada por el teniente de alcalde de Participación Ciudadana y Gobierno Interior, Alberto Jarabo, a la empresa Mar de Mallorca, adjudicataria del servicio de hamacas y sombrillas de la Platja de Palma, así como de la explotación de los quince balnearios distribuidos a lo largo del paseo de primera línea, ha surgido efecto.

Ayer fuentes de la empresa Mar de Mallorca confirmaron a este periódico que comenzarían la colocación de las hamacas y sombrillas “en aquellas zonas en las que tenemos más demanda”, aunque sin especificar cuáles, y de forma gradual.

Mar de Mallorca, al igual que los demás concesionarios de los servicios playeros de otros arenales de la ciudad como son Cala Major y Sant Agustí, Can Pere Antoni y Ciutat Jardín, no instaló las hamacas y sombrillas autorizadas, además de otros artilugios playeros, inmediatamente después del levantamiento del estado de alarma alegando que querían negociar con el Ayuntamiento una rebaja del canon que deben abonar cada año como contrapartida de la concesión.

Desde Cort no se negaron a negociar algún tipo de compensación, aunque finalmente se decidió que no se rebajaría el canon, sino que se ampliaría un año el periodo de concesión. Todos los concesionarios, excepto Mar de Mallorca, aceptaron la propuesta y comenzaron a instalar los servicios, además de hacerse cargo de la limpieza los arenales.

Compromiso formal

Mar de Mallorca, no obstante, pese a las quejas de los hoteleros de la zona cuyos establecimientos habían abierto en la fase de prueba piloto, no desplegó las hamacas y sombrillas, alegando que quería esperar a que el compromiso municipal se formalizara por escrito, algo que, con los tiempos de la administración local, puede durar meses.

Lo que sí puso en funcionamiento Mar de Mallorca sin esperar al compromiso municipal fue la apertura de siete de los quince balnearios que también gestiona. En concreto, abrió los más cercanos a las torres de vigilancia de los socorristas, servicio que sí funciona desde el pasado 1 de mayo.