El Ayuntamiento de Palma ya puede multar desde ayer a las terrazas que mantengan los toldos tipo carpa, con un máximo de hasta 3.000 euros en el caso de reincidencia. El mantenimiento de estos elementos, prohibidos en la ordenanza municipal de ocupación de la vía pública, es considerado como una falta grave, con sanciones que pueden oscilar entre los 750 y 1.500 euros, aunque si esta conducta se reitera en el tiempo, se considera como muy grave, con un incremento de la cuantía de la multa de entre 1.500 y 3.000 euros. Además, también se puede ordenar la incautación de los elementos que ocupan la calle ilegalmente.

No obstante, el teniente de alcalde de Participación Ciudadana y Gobierno Interior, Alberto Jarabo, manifestó ayer que, debido a la "buena predisposición" de los restauradores a retirar estos elementos se va a esperar unas semanas a multarles siempre que el mantenimiento de estos toldos de más de un pie no anclados a la fachada se deba a causas justificadas. Todo ello pese a que los restauradores han dispuesto de 18 meses para proceder a la eleminación de estos elementos para sustituirlos por sombrilas, que sí están autorizadas.

Hasta ayer había en Palma 127 terrazas con carpas de las 1.027 autorizaciones de ocupación de la vía pública con mesas y sillas existentes en la ciudad. Según el teniente de alcalde Alberto Jarabo, muchos estabiecimientos habían optado ya en las últimas semanas a retirar las carpas, aunque algunos lo hucieron esta misma semana y otros hoy aún no habían finalizado estos trabajos.

El teniente de alcalde explicó que desde Gobierno interior se ha informado de la aplicación de esta norma a todos los establecimientos con terraza, por lo que no pueden alegar desconocimiento.

Por su parte, el director general de Gobierno Interior, Marcos Cañabate, explicó que también se ha informado a los restauradores de que la ordenanza actual permite la colocación de mamparas de hasta 1,70 metros de altura, además de sombrilas, aunque todos estos elementos deben retirarse al final del día.

En relación a este último punto, Cañabate explicó que ya era una cuestión contemplada en la ordenanza de ocupación de la vía pública aprobada en 2012, y que su modiricación, aprobada definitivamente en septiembre de 2018 mantuvo.

Jarabo compareció ayer ante los medios arropado por el presidentde de la Federació de Veïns de Palma, Joan Forteza, miembros de su equipo directivo y representantes de las asociaciones vecinales de Son Rapinya (Marisa Bonache y Antonio Picazo), Sa Calatrava (Edita Navarro), Ses Veles (Teresa Díaz), es Jonquet (Magdalena Moragues) y Alexandre Segura (Vogar i Ciar del Molinar).

El presidente vecinal reafirmó su compromiso de denunciar a los restauradores que no retiren las carpas, tal como se comprometió en el pleno del pasado jueves, aunque manifestó que hoy es un dís en el que "se abre una nueva puerta a la convivencia".

Manifestó asimismo que, según sus cálculos, "más del 80% de las 127 carpas anteriormente autorizadas han sido retiradas e insistió en la necesidad de que también se cumplan los horarios de cierre y las limitaciones de ruidos. Se ha congratulado de que "Palma hoy luzca una nueva imagen ya que los ciudadanos pueden ver las fachadas de los edificios, antes tapadas por los toldos, y el cielo".

En la misma línea, el teniente de alcalde Alberto Jarabo, ha insistido en que desde hoy "tenemos una nueva forma de disfrutar nuestra ciudad más abierta y libre". Manifestó su convencimiento de que la eliminación de las carpas no supondrá una merma de clientes de los establecimientos, puesto que se mantienen las terrazas, y reiteró que desde el Ayuntamiento están dispuestos a estudiar la ampliación de las ayudas que ya se dan al pequeño comercio para su modernización.

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