La plataforma Ponent Potent ha empezado a movilizarse para evitar la construcción de más de 700 viviendas en la finca de Son Puigdorfila Nou, situada entre la vía de cintura, el camino de Son Rapinya, Son Espanyolet y Sa Teulera. La entidad formada por una docena de asociaciones de vecinos de la zona occidental de Palma ha iniciado la campaña Salvem Son Fila tras conocer que los promotores de la extensión de 23,5 hectáreas han reactivado el proyecto, que llevaba paralizado más de dos décadas.

Solicitan a Cort que preserve el terreno "por su importante valor medioambiental, etnológico y cultural y porque une Palma con la Serra de Tramuntana" a través del torrente de Sant Magí -que pasa bajo la autopista-, las fincas de Son Muntaner y Son Quint y el antiguo camino del siglo XIII que enlazaba Ciutat con Puigpunyent. "Es una de las puertas de entrada a la Serra y es muy utilizada por los residentes de los alrededores como zona de paseo", tal como manifestó ayer el portavoz de la plataforma, Joan Prats.

Los propietarios de la finca han presentado un nuevo Estudio de Impacto Ambiental a la Comisión Balear de Medio Ambiente para tramitar el necesario Programa de Actuación Urbanística (PAU), es decir, impulsar su desarrollo, ya que en 2017 el citado organismo del Govern balear les paralizó el proyecto porque en su momento no realizaron avances con el fin de construir la urbanización, que prevé más de 700 viviendas para unas 2.200 personas.

De rústico a urbanizable

El terreno fue clasificado en el Plan General de 1998 como Suelo Urbanizable No Programado y la plataforma Ponent Potent pide al Ayuntamiento desclasificarlo y retornar al PGOU anterior, donde Son Puigdorfila Nou o de Baix (también llamado Sud) era Suelo Rústico de Interés Paisajístico. El portavoz explica que "conserva todas las características naturales, culturales, etnológicas y paisajísticas que hicieron recomendar al Consell de Mallorca hace 21 años mantener su clasificación como rústico". Añade que, de este modo, "la finca quedaría protegida y Cort no debería indemnizar a los dueños, porque al no haber hecho nada en más de dos décadas, no ha habido un aprovechamiento patrimonial".

Las más de 23 hectáreas están formadas sobre todo por pinares y garriga, aunque también hay elementos etnológicos, como un horno de cal, numerosos muros de pedra en sec y dos canteras. Una fue reconvertida a finales del siglo XIX en un anfiteatro donde se celebraban diferentes eventos, como por ejemplo una comida para los niños del Patronat Obrer con motivo de la antigua romería a la Font Santa, corridas de toros para festejar el fin de las cosechas y el Diumenge de l'Àngel entre los vecinos de Son Espanyolet y Santa Catalina. Tanto esta construcción como las casas de Son Puigdorfila Nou, también del siglo XIX, están protegidas, y la possessió original se remonta al siglo XVI.

La plataforma Ponent Potent destaca que la transformación de la finca en otra urbanización con 2.200 habitantes "no responde a las necesidades de crecimiento de Palma ni a las declaraciones de Cort de actuar contra el cambio climático", por lo que solicitarán ante registro "que se paralice la tramitación y se desclasifique el actual suelo urbanizable".