Desde los años 50 y 60, la arquitectura debate cómo minimizar su consumo energético y su huella ambiental a través de criterios de construcción y uso de materiales más respetuosos con el medio ambiente. Algunos de sus principios se encuentran en las 'passivhaus'. En un territorio pequeño y con un monocultivo económico como es el turismo, empiezan a aparecer signos en algunos profesionales en esa dirección pero son escasos los ejemplos. En Palma el estudio Ohlab, formado por los arquitectos Paloma Hernaiz y Jaime Oliver es ejemplo.

Como muestra, la Casa MM en Génova, de 2015, laureada a nivel internacional, y que ahora tiene su réplica con una vivienda plurifamiliar en el paseo Mallorca y en la Casa Xaloc en Son Vida, que responde a las exigencias de una clienta "muy concienciada" y con recursos económicos que se puede permitir una vivienda semienterrada en una montaña, propia de un fanzine de ciencia ficción.

"Creo que es importante promover, no solo como valores morales sino también como valores comerciales, criterios medioambientales (pero reales), de integración en el entorno (verdaderos) y de usabilidad", expresa el arquitecto mallorquín, formado al igual que Paloma Hernaiz en el equipo de Rem Koolhass durante seis años.

Si la Casa MM es la materialización a pequeña escala en una vivienda unifamiliar de 200 metros cuadrados de la arquitectura 'pasiva', es decir, que la demanda de calefacción y refrigeración sea inferior a 15kWh/m2 al año -lo habitual es 100kWh/m2, y que su consumo de agua sea el mínimo posible, el edificio del paseo Mallorca -en construcción en estos momentos- es el ejemplo passivhaus en vivienda plurifamiliar.

El proyecto de 8 plantas, once pisos, y tres sótanos "es el edificio pasivo más alto de Mallorca", indica Oliver. Cuenta como detalles de interés "la interrelación con el entorno, el aprovechamiento del sol y la piel de madera del edificio que da a sa Riera y orienta los dormitorios a la parte de atrás". La pantalla de madera actúa de filtro solar, crea juego de luces y sombras que permiten aprovechar el sol de manera eficiente todo el año.

Conforme a los criterios passivhaus se conseguirá reducir en un 90 por cien las necesidades de climatización y refrigeración que la alzarán en una edificación con un coste energético muy bajo.

Si la vegetación de sa Riera y su lámina de agua inspira el proyecto del edificio plurifamiliar del paseo Mallorca, la Casa Xaloc en la montaña de Son Vida bebe de "la relectura contemporánea de la arquitectura vernácula mediterránea" en el empleo de la bóveda catalana y de los escars mallorquines.

Se trata de un encargo casi de ciencia ficción de una clienta alemana "concienciada" y adinerada que busca el menor impacto en una vivienda que se va a construir en pendiente con vistas al mar en el interior de una montaña. Pese a sus dimensiones, más de 400 metros cuadrados, el impacto visual "es pequeño" y su eficiencia energética se consigue con ventilación cruzada, energía eólica, un aljibe de 76 metros cuadrados que recogerá las aguas de lluvia permitiendo un consumo "menor" que en otras viviendas de lujo. "Se prevé un consumo de 13'8 kWh/m2 al año".

En cuanto al uso de piscinas, Oliver explica: "Se trata de aprovechar el agua de lluvia como se hacía antiguamente, con aljibes. En viviendas unifamiliares es más fácil hacer depósitos grandes. En este tipo de viviendas, si los jardines son mediterráneos y de bajo mantenimiento, no es complicado auto abastecerse de agua; en viviendas plurifamiliares en la ciudad, es más complicado por la limitación de espacio y menos proporción de superficie de recogida de agua por vivienda. Pero es posible reducir el consumo de agua considerablemente", tranquiliza.

Casa MM

La casa MM que Ohlab hizo en Génova y distinguida en la World Architecture Festival hace felices a sus moradores. En ella aplicaron los principios de Passivhaus por primera vez y siguen en esa senda de eficiencia energética. En tres años, sus moradores “se han desconectado” de Emaya porque les es suficiente el algua de lluvia que saben almacenar y distribuir gracias al proyecto arquitectónico. Otro detalle clave es que su demanda de climatización es inferior a 15kWh/m2 al año, lo que recomienda una casa sostenible, frente a los 100 de una casa normal.