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Machete al machote, no

La pintada vandálica con esta frase ha aparecido repetidamente. a. fermoselle

Está muy pero que muy feo querer sacar partido, votos o protagonismo a costa de las mujeres que han sido asesinadas por quienes eran sus parejas. Con el precedente en España de la asquerosa manipulación de las víctimas del terrorismo etarra, ya hace años que muchas personas intentan evitar que ocurra algo parecido con el terrorismo de género. Hasta ahora más o menos se iba consiguiendo. Las manifestaciones de duelo a las puertas de Ayuntamientos y Parlamentos con todos los partidos unidos y las declaraciones institucionales de repulsa cuando el asesinato golpea cerca, como estos días en Mallorca en los que vivimos el duelo por Ika Hoffmann, son muy importantes y pese a que son hechos simbólicos, demuestran una intención de actuar y recriminar de manera unánime.

Decía que hasta ahora la manipulación política en este tema hacía amagos pero no llegaba a ser descarada. Es verdad que en la última campaña electoral estatal hubo algunos políticos socialistas que se apropiaron en exclusiva de determinados logros pese a que nadie les había negado su impulso en muchas iniciativas. Estuvo feo. Pero peor fueron y siguen siendo las estupideces que se hacen en las antípodas ideológicas. El resumen de las estupideces sería que se niega lo obvio: que las víctimas son las mujeres y que los asesinos son unos hombres. También que cualquier mujer puede ser víctima de violencia de género y que más de mil mujeres han muerto en España, en pocos años a manos de unos hombres en concreto, nacidos genéticamente machos de la especie humana asesinos solo de sus parejas. Esos hombres, en algún momento les habían dicho a esas mujeres que las querían. ¿Todos los hombres son culpables? No, lo son solo unos hombres.

Que unos poquitos representantes políticos, con pancartas aparte, quieran quedar marcados por defender lo indefendible, por no aceptar el significado real de las palabras y quieran que se les vea el plumero… pues allá ellos. Con su pan se lo coman, porque no creo que ni quienes les han votado les secunden. Un poco de humildad, de humanidad y de respeto es lo que deberían tener.

En Palma, las feministas, las que defendemos simplemente la igualdad desde hace muchos años, ya sufrimos las pancartas discordantes en nuestras manifestaciones de duelo por las mujeres muertas. En el cogote las teníamos. Mientras nosotras poníamos las lápidas de las asesinadas en un parterre, ellos extendían su difamación en su eslogan “Denuncias falsas”. Eran hombres quienes portaban esas mentiras. ¿Todos los hombres? No. Solo unos pocos. El resto de hombres buenos, la inmensa mayoría, estaba y está con nosotras.

El camino por recorrer para erradicar la violencia machista es muy largo. En este momento la única buena noticia es que, si no paramos, la conciencia sobre el enorme problema es cada día mayor. Trabajemos en las escuelas, en los lugares de trabajo, en las familias y en las redes y medios de comunicación para educar en el respeto y en la igualdad. Y recriminemos siempre cualquier comportamiento soez, mezquino y abusón típico del machismo.

Pero no nos confundamos, me parece tan recriminable que un partido de Cort se desmarque de la declaración unitaria contra la violencia de género demostrando una absurda actitud negacionista, como que aparezca repetidamente en paredes de nuestra ciudad una pintada vandálica con la frase “Machete al machote”. Tonterías las justas. Esos eslóganes violentos y esas acciones incívicas perjudican de verdad la acción feminista histórica. Por suerte, la mayoría de esas pintadas ocurrentes y necias han tenido corta vida y ya han sido borradas por las brigadas municipales. El oportunismo equivocado de algún partido negando la machista violencia de género no creo que se pueda borrar. Pero allá ellos.

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