Las obras del nuevo colector-interceptor de agua residual proyectado por la Empresa Municipal d'Aigües i Clavegueram (Emaya) con el que se pretende evitar el 30% de los vertidos de aguas residuales mezcladas con pluviales a la bahía de Palma no afectan a la muralla renacentista.
Así se desprende de los resultados de las catas arqueológicas realizadas por Acciona, la empresa adjudicataria de las obras, el pasado mes de mayo. Los resultados de estas prospecciones, necesarias por cuanto el arranque de la conexión del nuevo colector se realiza en la intersección de las Avingudes con la calle General Ricardo Ortega, ya han sido comunicados a la comisión del Patrimonio del Consell de Mallorca.
No obstante, para que el inicio de las obras pueda ser efectivo y visible, falta aún disponer del permiso de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), organismo dependiente del ministerio de Fomento, ya que el denominado tanque de tormentas o depósito de laminación que se va a construir en unos terrenos situados junto a la depuradora del Coll d'en Rebassa se sitúa dentro del perímetro de seguridad del aeropuerto de Son Sant Joan.
Según los cálculos efectuados por Emaya, con una pluviometría similar a la del año pasado, con las obras del colector-decantador y el nuevo depósito ya ejecutado se hubieran evitado "el 90%" de los vertidos realizados al mar de aguas sucias mezcladas con pluviales tras episodios de tormentas o de fuertes lluvias.
Emaya prevé que los trabajos sobre el terreno se puedan reanudar a partir del próximo mes de octubre, aunque los plazos de 18 meses para su ejecución comenzaron a partir del pasado mes de mayo.
