El mercadillo de Son Dameto celebró bodas de plata y estrenó logotipo. En él aparece la silueta del algarrobo del parque llena de manos abiertas, que simbolizan a los voluntarios que hacen posible el tradicional evento solidario. Este año dedicarán una parte de los 17.000 euros recaudados a las víctimas de las inundaciones en Sant Llorenç y el resto será, como es habitual, para diversas causas en el tercer mundo.

Más de 150 personas ayudaron ayer en una iniciativa impulsada hace ya 25 años por Rosemary Wroughton y otra vecina inglesa del barrio, que falleció. A sus 83 años, Rosemary se paseaba entre el centenar de mesas repartidas por todo el parque, en las que se podía comprar una gran variedad de libros, CD, DVD, artículos de decoración -hasta de Navidad-, electrodomésticos, una selección de muebles, disfraces, bisutería, complementos, zapatos y ropa, mucha ropa. Los puestos donde se colocó, ordenada por prendas, se encontraban en la explanada más grande del parque y eran los que tenían más voluntarios, que intentaban evitar el desorden de todo lo seleccionado.

En el mercadillo organizado por la asociación de vecinos de Son Dameto y la parroquia Sant Pau no podía faltar un importante espacio para los niños. No solo había una montaña de peluches y numerosos juguetes clasificados en bolsitas, sino también mesas para pintar y el área de juegos del parque del barrio.

Y comida. Bocadillos, cocas, cocarrois, dulces y churros, que fueron elaborados por una voluntaria procedente de Capdepera; sin olvidar la típica paella que cada año preparan para comer. Una novedad de esta 25 edición fue el barbero, que rasuraba a cambio de un donativo destinado a la colecta solidaria.