Bartomeu Arbona ha celebrado su onomástica con una despedida, la del Fornet de la Soca. Tal y como ya se anunció meses atrás, el empresario cierra su afamado local de la calle Sant Jaume para reinventarse en el antiguo Forn des Teatre, en la plaza Weyler.

Los versos de Josep Maria Llompart 'Mai no et deturis: / no hi ha fi ni principi. Però les roses / cada cop més vermelles / les passes t´encatifen´ le han servido para despachar sus últimos pasteles, las últimas ambrosías de uno de los hornos que en tan solo siete años han revolucionado los paladares de los clientes.

La baza de este obrador ha sido recuperar recetas antiguas de Mallorca, algunas de Pere Alcántara Peña, y otras, procedentes de los conventos de la isla.

"Ha sido agotador y emocionante. Ha venido mucha gente a despedirse", ha agradecido Tomeu Arbona.

Con todo, no es una despedida. Este jueves día 30, a partir de las 9 de la mañana, los aromas a canela, a harina, a ajonjolí, se derramarán por la plaza Weyler. Por la tarde, música y fiesta. Su hijo Adrià Arbona es músico. Habrá también otras sorpresas.