A veces hay que encontrar las ventajas en los inconvenientes. Saber sacar partido a las cosas que nos atormentan diariamente. Sobre todo en lo que a la circulación rodada se refiere. Sería, empleando una expresión muy de moda, el Car-extreme.
Por ejemplo, ¿sufre usted buscando aparcamiento cada día por su barrio? Convierta esa tortura en una experiencia, como ahora tanto se dice. Y practique el Turparking.
Consiste en coger el coche, circular. Buscar un hueco en las zonas más difíciles. Y cuando, después de muchas vueltas, logre aparcar el coche apúntese 10 puntos. Cling. Y salga inmediatamente. A la busca de otro lugar para aparcar esta vez en un barrio todavía más difícil. Diez minutos, veinte, veinticinco... Encuentra un sitio. Aparca. Cling, 20 puntos. Vuelve a salir, y a buscar otra plaza en un barrio más congestionado. Así se puede pasar toda una tarde. Aparcando sin la angustia de la necesidad. Convirtiendo en deporte lo que suele ser un tormento. Y a partir de los 40 puntos, una caña por cada diez puntos más. Experiencia al alcance de todos los conductores.
Luego estaría el Retention-In. Otra actividad lúdica al alcance de todos los palmesanos. Para ello, basta con salir a una hora punta por la autopista del aeropuerto. En ese momento en que el sol aplana las sombras, calcina y abrasa. No tardará mucho en encontrarse una retención. Y en cuanto se quede parado será el momento de montar diferentes actividades. Por ejemplo, sacar una neverita y hacerse un gin-tonic en el arcén. Visitar los coches vecinos para hacerte un selfie con sus conductores. Limpiar el tapacubos, eso que nunca haces y que ahora tienes tiempo de sobra para realizar. Puedes pintar acuarelas como Wiston Churchill. Pero en lugar de marinas, con largas filas de coches al sol. También tiene su estética.
Hay quien piensa que no hay saturación turística. Y hay quien se consuela intentando de disfrutar de ella.
