El gerente de la Empresa Funeraria Municipal, Jordi Vilà, asegura que las quejas de ciudadanos musulmanes por el estado de abandono y la falta de vigilancia de su cementerio dentro de Son Valentí carecen de fundamento. Vilà respondió ayer a la denuncia pública de algunos familiares al encontrar excrementos sobre las sepulturas e indicó que este hecho se ha producido en otros sectores del recinto.

Vilà puso en duda que alguien a propósito defecara y destrozara las flores en el cementerio musulmán. Según informó, los robos de adornos florales, la suciedad y la rotura de elementos dentro del cementerio "es una situación constante" que se produce cada semana sin que afecte a un colectivo determinado. Es más, añadió que a la comunidad musulmana se le da "bastante facilidad para cumplir con sus rituales", por lo que rechazó que haya distinciones entre religiones dentro del camposanto.

El gerente de la EFM consideró que la limpieza y mantenimiento de Son Valentí es el correcto. Jordi Vilà añadió que todo lo que se recauda de las cuotas que pagan los titulares de las tumbas es invertido en el cementerio, para limpieza, jardinería, obras de mantenimiento, gastos de suministros y vigilancia.

Sobre las quejas por la falta de vigilancia, Vilà explicó que aumentar este servicio implicaría incrementar el importe de las cuotas y que, aun así, sería muy difícil garantizar una cobertura absoluta, ya que Son Valentí "cuenta con 20 hectáreas, poca afluencia de público y está lleno de rincones".

El gerente de la Funeraria también puntualizó que el cementerio musulmán cuenta con ocho sepulturas libres de las 39 y con "un uso muy bajo". De todas formas, Vilà comentó que este área se puede ampliar cuando sea necesario.

El presidente de la Lliga Musulmana en Balears, Francisco Javier Jiménez, calificó de "situación de descuido" la denunciada por los familiares de los enterrados en el cementerio musulmán. Jiménez instó a los afectados a denunciar ante la EFM cada queja, ya que "para eso están dando un servicio".

El presidente de esta entidad señaló que las generaciones más jóvenes son partidarios de ser enterrados en el lugar donde viven, un cambio de tendencia, ya que por lo general los cuerpos de los fallecidos se trasladan a sus países de origen, para lo que cuentan con un fondo de repatriación.