Ni respetar las visuales para preservar la estética tradicional del barrio ni eliminar la superficie comercial. La decisión sobre el Plan Especial de Protección más comentada en las redes sociales es la clausura de las discotecas que hay actualmente en el molino d'en Carreres. Cort aprobará de forma inicial en el próximo pleno el cambio de uso de la edificación catalogada como Bien de Interés Cultural. La aprobación definitiva será el próximo año y, a partir de entonces, La Demence y Sabotaje tendrán que reconvertirse en un restaurante.

Además, el propietario deberá eliminar todos los añadidos que no son originarios del antiguo molino harinero. Uno de ellos es la cristalera de la primera línea. Por el espacio que quede libre, tendrá continuidad el paseo hasta los Rentadors. En cuanto al resto de las construcciones posteriores al elemento etnológico, también tendrán que ser derribadas, pero el nuevo plan permitirá levantar una edificación de planta baja en la parte posterior del molino, en la que ahora hay una carpa, para desarrollar la actividad.

Otra decisión para "conseguir un equilibrio de usos en el barrio" es la ya aplicada en los ejes cívicos de la ciudad, como Blanquerna y Fàbrica, es decir, "no podrá haber más de tres nuevos negocios de restauración en cien metros", tal como especificó el gerente del área de Urbanismo. En cuanto a los dos molinos abandonados, han optado por el uso residencial para evitar problemas de convivencia con los vecinos en caso de que también se convirtiesen en un restaurante.