Aunque el hasta ayer presidente del PP de Palma ha negado que en alguna ocasión hubiera solicitado un servicio sexual, los testigos que han declarado en la operación sobre la trama policial dicen lo contrario. El juez Penalva señala en una de las resoluciones que dictó que la "persona que desde el primer momento aparece como político vinculado a la trama, el Sr. José María Rodríguez, ha sido reconocido fotográficamente y de forma detallada por una testigo protegida, prostituta del Table Dance, como usuario habitual de servicios sexuales gratuitos". Es decir, el magistrado, citando declaraciones de testigos protegidos, no tiene ninguna duda que el exdelegado del Gobierno era uno de los políticos que asistía a las orgías con prostitutas que organizaba un conocido empresario de la Playa de Palma, con intereses económicos en el negocio de la prostitución.

La declaración que implica a José María Rodríguez.

De momento, el juez mantiene bajo secreto muchas de las pruebas que apuntan a que Rodríguez, como adelantó este periódico, era uno de los asistentes a estas fiestas sexuales. Varias mujeres han manifestado con todo tipo de detalles que su jefe, el propietario de Pabisa, organizaba en el club Table Dance fiestas privadas con la presencia de políticos. El club abría antes de la hora prevista, sobre las cinco de la tarde, para agasajar, a estos clientes especiales. Además de facilitarles todo tipo de bebidas alcohólicas, lógicamente sin pagar ni una sola copa, el anfitrión ofrecía a sus invitados la posibilidad de que pudieran tener sexo con las mujeres. Las prostitutas, por su condición de extranjeras, no conocían la identidad de estos clientes, si bien un empleado del club les advirtió que estuvieran especialmente cariñosos con ellos, porque eran políticos. Las testigos, además de Rodríguez, identificaron a otros alcaldes de Mallorca. En la parte del sumario sobre el que se ha levantado el secreto apenas se hace referencia a estas declaraciones de estas testigos protegidas. Ello se debe a que se siguen investigando muchas pistas que apuntan a que el empresario que organizaba estas orgías, después estaría recibiendo un trato especial, como por ejemplo no recibir inspecciones ni sanciones.