Los 25 millones que la Empresa Municipal d'Aigües i Clavegueram va a recibir como indemnización por el colapso del sistema de recogida neumática de basuras, solo cubrirán una cuarta parte de la cantidad que necesita la empresa pública municipal para poner al día las redes de agua potable y residual.
Según un estudio realizado en el pasado mandato se necesitan más de cien millones en los próximos años para arreglar o sustituir las redes de suministro y reducir considerablemente las perdidas que ahora se producen en la red. En estos momentos se calcula que se pierde un 17% del agua que se suministra, aunque a este porcentaje hay que añadir otro 5% correspondiente a las redes de transporte. De esta forma si se captan anualmente entre 33 y 35 hectómetros cúbicos de agua para suministrar a la población, se perderían unos 7 hectómetros cúbicos de líquido, volumen que supone más de la mitad de la capacidad de los embalses de Cúber y del Gorg Blau.
El estudio contemplaba la necesidad de una inversión sostenida durante ocho años de 6,5 millones en la red de distribución de agua, lo que supone un gasto al final de este período de 54,5 millones. Además, se preveía una inversión puntual en la red de transporte de líquido de 8 millones más otra de 2,5 millones de gasto puntual en la red de agua potable.
Según la teniente de alcalde de Ecología y presidenta de Emaya, Neus Truyol, en el pasado mandato se realizaron algunas inversiones en la red de suministro, siempre en función de las disponibilidades presupuestarias. En el actual mandato también tienen la intención de mejorar la red, aunque probablemente no se dispondrá de los recursos necesarios para llegar a todas las necesidades. Por el momento se prevé una inversión de 2,7 millones par mejorar las redes de suministro de las barriadas de El Terreno y Son Armadans, cuyas obras se realizarán durante el presente año. Según Truyol se prevé destinar 9 millones en estas mejoras hasta 2019.
En relación a la reutilización del agua depurada, según los datos proporcionados por la empresa, en estos momentos se reutiliza solo un 60% del agua tratada en las plantas depuradoras de Sant Jordi y del Coll den Rabassa. En 2015 la depuradora de Sant Jordi trató 12,6 hectómetros cúbicos de agua residual que se utiliza para el riego agrícola. Los 16 hectómetros cúbicos de líquido que depuró la planta del Coll den Rebasa se depositaron en la laguna adyacente también para su uso agrícola.
Una fracción de esta agua depurada recibe un tratamiento terciario con el fin de que pueda ser utilizada para el riego de las zonas verdes de la ciudad y campos de golf. Según los datos proporcionados por Emaya el año asado solo se utilizaron para este cometido 2 hectómetros cúbicos de agua regenerada.
El excedente de agua tratada que no se reutiliza se vierte al mar a través de los emisarios submarinos. Desde la empresa pública se hizo hincapié en la necesidad de incrementar las actuaciones para poder reutilizar más agua depurada, aunque también se puntualizó que todo el excedente que se vierte al mar, salvo cuando se produce alguna avería, es agua previamente tratada.
