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José Ferragut, fotografiado delante de una foto aérea de Palma.

Sa Torreta

José Ferragut y su obra, en 400 páginas

Observamos los edificios de la ciudad y no sabemos ponerles firma. Las esculturas de las calles suelen tener una cartela con el nombre del autor. Los edificios, mucho más grandes y más influyentes en la configuración del espacio urbano, son casi siempre anónimos. Para bien y para mal. Para detestar o para ensalzar al autor. Afortunadamente, en los últimos años varias iniciativas han corregido parcialmente este déficit. Carlos Garrido publicó en La Almudaina un serial sobre edificaciones emblemáticas del siglo XX. También se han editado en dos volúmenes los documentos del archivo personal de Guillem Reynés.

Ahora acaba de salir a la calle un libro dedicado a divulgar la obra de uno de los profesionales de la arquitectura que ha firmado varias de las obras contemporáneas más conocidas de la isla: el templo de la Porciúncula y el edificio de Gesa. Son dos obras de José Ferragut Pou. Pero los trabajos de este profesional de primer orden son muchos más que dos. Nos lo recuerda el libro publicado por José Ferragut Canals, un sobrino que también optó por la arquitectura. Recopila fotos, documentos y planos en más de 400 páginas.

Ferragut construyó algunas de las iglesias modernas de Palma. Las de Sant Alonso Rodríguez y Sant Josep llevan su impronta. Pero hay una que me llama especialmente la atención. Es la de Sant Agustí. El templo está en un barrio insulso y debe vencer la hostilidad del entorno y un importante desnivel. Una vez dentro todo se olvida. Las cristaleras laterales crean un ambiente de paz y espiritualidad. Ferragut logra una atmósfera que evade de todo cuanto ocurre en el exterior.

Sus viviendas plurifamilares palmesanas se concentran en el área de actuación prevista en el Plan Alomar con la apertura de Jaume III y la urbanización de la zona conocida como s'Hort d'en Moranta, entre la calle Bonaire y el paseo Mallorca. Solo allí, una decena de edificios salieron del estudio de Ferragut. No son los únicos. Reconocerlos, ponerles nombre y apellido es posible gracias a la intensa recopilación de José Ferragut Canals.

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