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Hotel Garonda

El lujo llega a la Platja de Palma

El primer establecimiento de cinco estrellas de la zona turística abre sus puertas con el cartel de completo y finalizará el mes con un 85% de ocupación - El propietario afirma que su reforma es un revulsivo para que otros empresarios se animen a mejorar

Aunque está muy cerca de las famosas calles de la Cerveza y el Jamón, el hotel Garonda luce las primeras cinco estrellas que se ven en la Platja de Palma desde que se empezó a hablar del Plan de Reconversión Integral (PRI), hace ya más de una década. El propietario, Miguel Amengual Cifre, compara esta situación con Nueva York: "Salvando las diferencias, allí coexisten la Quinta Avenida y Harlem". No obstante, el presidente de la compañía Mac Hotels espera "que los empresarios con mala praxis cambien de hábitos".

Ha sido el primero en apostar fuerte por lo que todo el sector hotelero lleva pidiendo desde hace tiempo: calidad en la zona turística más importante de la isla. Y el resultado del lujo que ofrece le ha llegado enseguida. "Reabrimos el 1 de mayo y está yendo muy bien. Tenemos lleno esta semana y terminaremos el mes con un 85% de ocupación", detalla el director comercial, su hijo Miguel Amengual Delgado, quien con sus hermanas Aina y Begoña se encargan de gestionar esta empresa turística familiar, cuyo primer hotel -de los cinco que regentan- "ha supuesto un revulsivo para la Platja de Palma", destaca el patriarca.

"Cuando tomamos la decisión de subir a cinco estrellas -tenía cuatro-, los touroperadores nos apoyaron, porque parece que es necesario que alguien tire del carro. Al principio pensamos en aumentar a cuatro superior, ya que la inversión es de alrededor de un 40% menos que para un hotel de cinco", tal como indica Miguel Amengual Cifre sin dar detalles del coste de la reforma. "Sin embargo, el Garonda fue de cinco estrellas en los años 60, por lo que hicimos el esfuerzo de recuperarlas para aprovechar las ventajas que otorga la nueva Ley Turística", añade el presidente de Mac Hotels.

Uno de esos beneficios es la posibilidad de aumentar hasta dos el número de plantas, pero optaron por subir una debido a que "hacer dos alturas más era muy impactante para el espacio público del entorno", en palabras de Amengual. El incremento del establecimiento ha permitido ganar 30 habitaciones y ahora cuentan con 150. Las nuevas son junior suites de unos 60 metros cuadrados y con vistas al mar. Además, hay una suite de unos 80 metros cuadrados con jardín propio. También han unido una veintena de antiguas habitaciones individuales para convertirlas en diez dobles. "Hemos renovado la mayoría de las estancias, pero aún quedan zonas, que haremos este invierno", señala.

La reforma

En cuanto al resto de la obra, se ha construido "un spa con una piscina, cuatro salas de masajes, sauna, baño turco y pileta de agua helada, todo con las últimas innovaciones en el sector". Se ha reorganizado completamente el interior "cambiando la entrada de lugar, distribuyendo de otro modo la recepción, creando un pasillo para acceder a la playa de forma directa y modificando por completo la cafetería, que ahora es un bar restaurante con tapas y pinchos minimalistas, de autor, un concepto que no existe en la Platja de Palma", en palabras del propietario. La fachada del hotel también "se ha reformado con balcones de cristal, aluminio y una nueva iluminación, porque por la noche un establecimiento bien iluminado viste mucho y despierta mayor interés".

Los orígenes

Los vinilos con fotografías de la playa de Formentor que cubren las paredes de la recepción y el pasillo de acceso al exterior no son casuales. "Soy de Pollença y a los 15 años trabajé en el hotel Formentor", relata el presidente de Mac. Comenzó de botones en 1955 -con 11 años- en otro hotel de su localidad y, tras su paso por el emblemático establecimiento, llegó cumplidos los 20 al recién abierto hotel Garonda, del que hoy es propietario. "Empecé de conserje, después pasé a jefe de recepción y acabé de director en establecimientos de la cadena Sol", como detalla sobre su vida. Además, se hizo arrendatario del Garonda y en 1979 se quedó con todas las acciones. Más de tres décadas después, ha apostado por un cliente de lujo, porque tiene "confianza en el futuro de la zona turística".

A medio plazo, la compañía quiere "diversificar mercado", en palabras de su hijo. Antes tenían un 80% de turismo alemán y la mayoría era de más de 60 años. "El objetivo es llegar al cliente de entre 35 y 55 años, de cualquier parte del mundo y de alto poder adquisitivo" para poder pagar de 150 a 380 euros por noche en el primer hotel cinco estrellas de la Platja de Palma.

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