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Palma a la vista

Calles que echan chispas

En el medio de la nada, entre el aparcamiento y el monasterio, la calle del pintor. L.D.

Todos sabemos, bueno, los que vivimos en Palma seamos o no autóctonos, que esta ciudad es parca. Le cuesta dar detalles, explicarse, contarse. En su hermetismo es más británica que mediterránea.

Ya pueden editarse callejeros en papel o en edición digital que de nada sirven si una vez encontrada la calle o la plaza, o así lo crees, albergas dudas porque la cartela o el rótulo donde está escrito el nombre de la vía en cuestión no está o no se ve. O si está, se hace de querer, puesto que solo aparece al principio y al final de la arteria porque lo que es en sus intersecciones te quedas sin cartel. Es decir, perdido.

Palma es huidiza porque quizá le gusta hacerse la encontradiza. Ocurre en el resto de Mallorca. Esta característica de ser Guadiana no es potestad de la capital; en los pueblos pasa igual. ¡Y para qué hablar de las carreteras y sus señales, siempre tapadas por una fortuita rama de árbol!

En esa casuística ciudadana, uno se acerca al monasterio de La Real por ver la huella del beato o por comprobar que a tiro de piedra de acequias antiguas se encuentra el flamante hospital público, cuyos entresijos están siendo investigados, porque si el hermetismo de los nombres de las calles es notorio, el de algunos asuntos inmobiliarios de determinada clase política es de gallinero. A lo que íbamos.

En el mismo camino que conduce al monasterio, que mantiene intactos algunos elementos arquitectónicos como las paredes secas, se encuentra la calle dedicada al pintor Ramón Nadal. Ésta sí con cartela. ¿Saben dónde la han colocado? En la fachada de la pequeña estación transformadora de Gesa. ¡Saltan chispas!

Hace unos años, la zona de Secar de la Real fue objeto de un fuerte crecimiento urbanístico. En la finca de Son Serra Parera la construcción fue imparable. Hubo intentos de convertir en suelo urbanizable La Real pero la finca se salvó.

Una de las calles de la promoción de estas nuevas viviendas es la dedicada al pintor Ramon Nadal i Horrach, el creador del Círculo de Bellas Artes y cuyo lienzo Vista de Palma, pintado en 1949, pertenece al Ayuntamiento de Palma. ¿Cómo es posible, entonces, que sitúen una cartela con su nombre en una estación transformadora de electricidad, que está ahí, en el medio de la casi nada, esquinada entre el camino que lleva a La Real y un gran aparcamiento? ¿Tan poca consideración le merece a Cort el pintor, alumno de Llorenç Cerdà y Francisco Bernareggi?

Si en calles que tienen un trazado claro y no difuso como la dedicada al artista mallorquín, las dejan sin cartela para confusión de paseantes y vecinos, ¿a qué tanta diligencia informativa en una calle que acaba en una estación transformadora de electricidad? ¡Somos muy particulares! Para echar chispas.

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