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Navidad

El belén más mallorquín de Cort

Más de 170 figuras de barro componen el nuevo pesebre que se expondrá en el vestíbulo del Ayuntamiento

Catalina Rullan y Margalida Nicolau pulían ayer los últimos detalles del nuevo belén municipal. GUILLEM BOSCH

Niños jugando a piula, payeses en un corrillo de ball de bot o reyes magos transportados en un carro antiguo. El nuevo belén de Cort tendrá más tradición mallorquina que nunca. El pesebre -que se inaugura hoy- tiene la difícil misión de superar el belén de oficios artesanos que la familia Bennàssar había expuesto en el vestíbulo del Ayuntamiento durante 27 años. Y, de momento, está gustando (y mucho) a los pocos privilegiados que lo han visto durante los preparativos.

La responsable artística del montaje es Catalina Rullan, una aficionada belenista y amante de los pesebres mallorquines. "Son más sentidos que los belenes hebreos", argumenta. En sus nacimientos, dice, "los protagonistas son los niños". Ella ha sido la encargada de coordinar a una docena de voluntarios de la asociación Betlemistes de Mallorca. Entre todos han diseñado múltiples escenas para los 16 metros cuadrados del belén de Cort: desde un mercado tradicional hasta un pastor guiando al rebaño, sin olvidar el nacimiento.

Jesús, María y José estarán situados en un entorno más que conocido por todos los palmesanos: bajo los arcos de la muralla que dan acceso al estanque de s'Hort del Rei. Todos los elementos -la muralla, el edificio del Ayuntamiento o la fuente de la plaza de Sant Jeroni- están hechos a escala y respetando las medidas reales de los elementos arquitectónicos. "Incluso fui una noche a s'Hort del Rei para tomar fotografías y ver dónde estaban colocados los focos", explica Rullan. Detallista hasta el extremo.

Catalina y Margalida posan delante del belén que están montando. GUILLEM BOSCH

En total habrá unas 170 figuras, todas ellas de barro y confeccionadas por Margalida Nicolau. Ayer acompañaba a Rullan durante los últimos retoques del belén. La artista alfarera comenta que han escondido algunos "secretos" entre las escenas del pesebre. Propone dos retos a quienes vayan a contemplar el escenario: "Que busquen al fraile y que se fijen también en quién se come el azúcar del niño Jesús, que está al lado del nacimiento".

La tradición de esconder a un capellán es muy típica de los belenes mallorquines. "Es una tradición de la isla que se está perdiendo. Antes era habitual dar un caramelo o una golosina a los niños cuando encontraban al fraile", apunta Nicolau.

Las edificaciones han sido elaboradas con porexpan, mientras que el resto de los materiales -como la madera, las piedras o la arena- son naturales. El agua del estanque de los cisnes en realidad está hecha con una técnica especial que solo con pintura logra un efecto muy realista.

Buena parte de la vegetación que han incluido también es de verdad. Y las pocas plantas artificiales están tan logradas que cuesta creer que sean falsas. Un ejemplo son las palmeras, cuyas hojas han sido elaboradas con papel y alambre.

Estos son solo algunos de los misterios del nuevo belén de Cort. Quien quiera sorprenderse con el resto de historias que esconde tiene una cita obligada en el zaguán de la casa consistorial desde esta hoy a las 19 horas y hasta el próximo 6 de enero.

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