Los nombres de las calles o de los lugares facilitan muchísima información sobre actividades que acogieron en el pasado o los propietarios de negocios o casas que allí se ubicaron. Es el fenómeno de la fosilización toponímica que nos permite saber que en la plaza del Pes de sa Farina existía la báscula para calibrar este producto, que en el Born se bornejava o, lo que es lo mismo, se celebraban justas entre caballeros, o que en la calle Blanquers de sa Calatrava ejercían su insalubre oficio los curtidores de piel.

Más extraño resulta que un bar guarde la memoria de algo que un día fue en la ciudad y ya no existe. Ocurría con el nombre del Bar Triquet hasta que cerró sus puertas. No era el establecimiento el que daba nombre al edificio sino que uno y otro lo recibían de que en el pasado hubo un triquet en el mismo solar, o lo que es lo mismo, un frontón en el que se practicaba el juego de la pelota.

En la calle General Riera, enfrente del edificio de la Llar de la Infància, existe un bar que se llama Última Parada. Es un establecimiento con historia, con una larga vida cercana al medio siglo. En los estantes hay decenas de botellas de Soberano y Terry con décadas de solera tanto en el licor como en el vidrio que lo contiene. En otra pared, varias hileras de aros guardan boca abajo una buena colección de botellas de cava de difícil identificación porque la antigüedad ha igualado tonos y colores.

¿Por qué el Última Parada nos cuenta una historia de la ciudad? Porque su nombre ha perdido hoy el sentido inicial, pero cuando se fundó era muy evidente y fácil de comprender. Allí estaba la última parada del autobús. Unos metros más allá, donde hoy se encuentra el Carrefour, estaban las puertas de las cocheras y talleres de Cas Capiscol de lo que primero fue la Sociedad General de Tranvías, quebrada en 1971. Tras su desaparición se transformó en Sociedad Anónima Laboral Mallorquina de Autobuses o SALMA, que tras su fracaso se convirtió en Empresa Municipal de Transportes en 1985. La Última Parada, un bar justo antes de llegar al final del trayecto.