El secretario adjunto del ayuntamiento, Miquel Ballester, paró in extremis el despido de dos directivos de Emaya de la época de Cristina Cerdó, que ya contaba con el visto bueno del equipo de gobierno, tal como había confirmado el teniente de alcalde de Hacienda y portavoz municipal, Julio Martínez. Ballester advirtió de que el expediente abierto contra los dos directivos, que supuestamente habían manipulado la puntuación de la adjudicación de un contrato, no contaba con un informe de los servicios jurídicos. Recomendó a los consejeros que, antes de adoptar cualquier decisión al respecto, se recabara el citado informe, puesto que las acusaciones de "fraude, deslealtad, transgresión de la buena fe y abuso de confianza" sólo estaban avaladas por el jefe de Recursos Humanos. Por cierto, en esta ocasión, el concurso presuntamente amañado no es de la época de Cerdó, sino que data del pasado mes de septiembre. Los dos directivos en el punto de mira elaboraron y firmaron dos informes para la misma adjudicación, con una distinta puntuación a la estipulada en los pliegos, aunque en ningún caso hubiera alterado el resultado final del concurso, porque la empresa ganadora seguía siendo la más puntuada. De todas formas, la información ha sido remitida a la Fiscalía por si puede ser constitutiva de delito y estar relacionada con el denominado caso Osifar o ser una derivación del mismo. El contrato en cuestión hace referencia a la adjudicación del sistema de control automático de los contenedores soterrados de basura, cuya implantación en el pasado mandato ha dado origen al denominado caso Osifar, iniciado a raíz de la información remitida a la Fiscalía por el anterior equipo de gobierno una vez expulsados los concejales de la extinta Unió Mallorquina del gobierno de Cort.