En el barrio extremo de Establiments son pocos los que ponen en entredicho la importancia vecinal que conserva aún la plaza del Rutló. Tiene una posición estratégica en este punto urbano de Ciutat, pues sigue manteniendo la guardia junto a la carretera que comunica con el municipio de Esporles. Además, por uno de sus flancos está el camino que lleva a Sarrià, una de las fincas con una de las mejores casas solariegas de Mallorca.

Hace cuarenta años -según testimonios de vecinos veteranos de esta plaza y alrededores- por ella, a ciertas horas del día, se escuchaba más hablar en inglés que en mallorquín o castellano. Y era verdad, debido a que avanzada la década de los años sesenta del siglo XX estaba establecida una abundante colonia de residentes norteamericanos. Estos residentes habilitaron varias casas de campo de Establiments y alzaron magníficas villas con cierto acento virginiano. Entre estos residentes había renombrados artistas, escritores, periodistas y gentes de alto nivel económico en su país.

En la plaza del Rutló tiene su casa una de las vecinas más veteranas de Establiments, auténtica memoria histórica de la zona. Ella recuerda cuando llegaba el tranvía eléctrico hasta este lugar. Luego, con el trole girado, ponía rumbo a Palma. En la calle de Sant Miquel, frente a Sant Antoniet, tenía su inicio de línea. Este medio de transporte, que fue inaugurado en 1926, fue sustituido por autobuses en 1959, cuando la influencia del turismo se empezaba a notar de forma negativa en la agricultura del barrio, principal medio de vida de sus vecinos durante muchos siglos.

Durante mucho tiempo, el Bar Miquel -en cuyos bajos, desde hace más de quince años está ubicado "La Llar dels Padrins´, lugar de reunión de gente mayor del barrio- fue un animado centro de encuentro. Junto a sus parroquianos locales se sumaban, especialmente en la década de los años setenta del siglo pasado gente de Palma, especialmente jóvenes, algunos con ínfulas intelectuales, artísticas e inquietudes políticas. Ahora, este amplio local, que fue famoso por sus cocinados en forma de tapas, por lo general, se encuentra cerrado.

El topónimo de esta plaza viene de antiguo, pues además de recordar el nombre que se daba en la isla a una pieza de piedra con estrías y de forma cónica utilizada en tareas agrícolas, era aplicado, según documentos, desde el siglo XVI, al núcleo vecinal más antiguo de Establiments.

En este punto neurálgico de Establiments se mantiene cierta tradición comercial, aunque en los bajos del Bar Miquel, hace un tiempo, cerró una popular tienda de barrio. Otra segunda tienda similar desapareció para dar asentamiento a la farmacia que domina una esquina de la plaza. Delante, se mantiene una panadería. Entre las líneas de casas, de pocas plantas, de la plaza se mantiene un tráfico animado y un aparcamiento saturado.