El teniente de alcalde de Urbanismo, Javier Rodrigo de Santos, ordenó a última hora de la mañana de ayer la suspensión cautelar de las obras de demolición del edificio anexo al colegio Manjón.

De Santos aseguró asimismo que la licencia de construcción del nuevo edificio, aún no concedida por Cort, se condicionará a que las obras de edificación se realicen fuera del horario lectivo. De esta forma, aseguró, éstas no podrían comenzar antes de las próximas vacaciones de verano

Previamente a esta resolución, más de ciento cincuenta padres y alumnos del colegio irrumpieron en el pleno de Cort exigiendo al Ayuntamiento la adopción de medidas que garantizaran la seguridad de alumnos y profesores.

La alcaldesa suspendió durante veinte minutos la celebración del pleno para hablar con los padres congregados en Cort, pese a que con anterioridad se había introducido, a petición del grupo municipal de EU-Els Verds, un punto de urgencia para abordar la cuestión.

Tanto el portavoz del PSOE, Antoni Roig, como el del PSM, Pere Muñoz, criticaron esta "concesión" de Cirer.

Roig dijo que, a partir de ahora, la alcaldesa deberá introducir puntos en el orden del día ante la protesta de cualquier colectivo. En todo caso, el portavoz socialista criticó que el equipo de gobierno diera "falsas expectativas" a los padres y alumnos del Manjón y pidió al equipo de gobierno que "el Ayuntamiento sea su máximo valedor ante la conselleria de Educación para que se garantice la escolarización de los 350 alumnos en las mejores condiciones posibles".

A juicio del portavoz del PSM, Pere Muñoz, el Ayuntamiento ya debería haber actuado y asegurar, "antes de conceder la licencia de derribo del edificio vecino, el cumplimiento de las medidas de seguridad". Finalizó su intervención recordando que "mientras nosotros estamos discutiendo aquí, el derribo continúa", y pidió a De Santos: "Coja el teléfono y ordene la paralización inmediata del derribo".

La confusión reinaba en Cort desde antes de comenzar el pleno, cuyo inicio también se retrasó 20 minutos, mientras el teniente de alcalde de Urbanismo hablaba con los padres en la antesala del salón de sesiones, y realizaba constantes llamadas a Urbanismo para ordenar el desplazamiento de un celador y de técnicos del departamento para conocer cuál era la situación.

La paralización de la sesión se produjo una vez tratado el punto de urgencia, puesto que los padres insistían en que las obras de demolición continuaban. La alcaldesa les aseguraba que el Ayuntamiento hará "lo que sea más beneficioso para ustedes y sus hijos" y los padres insistían en "que vaya la Policía porque están tirando el edificio por dentro".

Una patrulla de la Policía Local se desplazó a primera hora de la mañana e informó que se estaban realizando trabajos previos a la demolición, hecho que confirmó el encargado de la empresa constructora Hábitat, Biel Català. La empresa prevé iniciar el derribo mañana, sábado, y concluirlo el martes, día 1, aprovechando el puente festivo.

En el decreto de paralización se advierte a la propiedad que las obras sólo se podrán realizar en fines de semana y en días de vacaciones escolares, "evitando en cualquier caso el horario lectivo". Si se trabaja en día festivo se deberá contar con la preceptiva autorización de la conselleira de Trabajo y Formación. En caso de incumplimiento, la Policía Local tiene "orden de precintar las instalaciones y los elementos auxiliares, con la adopción de cualquier medida que estime conveniente".

De Santos también se comprometió a realizar un seguimiento de la demolición por parte de los técnicos municipales y a realizar un informe, que dará a conocer a los padres antes de reanudar las clases, sobre las condiciones de seguridad de los centros.

La asociación de padres de alumnos se entrevistó ayer nuevamente con los responsables de la conselleria de Educación y con el defensor del Menor, Gaspar Rullán, quien les aseguró que intercedería ante Educación y Cort.