Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Jose Jaume

Desde el siglo XX | Campanadas no, revetla sí; el alcalde Hila se hace un lío

Desbordados por la covid, aquí, en Europa y en cualquier sociedad abierta (China no lo es y, además, da mucho miedo) los políticos de turno hacen soberanos ridículos

El alcalde de Palma, educado, mesurado, siempre atento, no hay forma de discernir si por permanente ignorancia o confusión momentánea, nos anuncia que las campanadas de Cort, las de la medianoche del 31 de diciembre, se suspenden. La covid lo impide. En Cort, precisa José Hila, se bebe, hay poco recomendables efusiones. Lo que es lo mismo: cuerpos pegados. Al trasegar alcohol las mascarillas ni se vislumbran. Riesgo de infección disparado. No queda otra más que la suspensión. Hete aquí que, en la peculiar visión del alcalde, durante la Revetla de San Sebastián, las mascarillas lucen en primer tiempo de saludo. Correctas. En su posición y firmes. Se escucha la música y no se bebe, peregrina ocurrencia que queda pospuesta para territorios adyacentes. No hay problema mayor para programarlas. Tampoco se ha de eliminar la cabalgata de Reyes. Los contactos corporales a lo que se ve son de distinta índole. El alcalde se ha hecho un lío. No le presupongamos mala fe al tratar de danos cuenta de cómo van a discurrir las fiestas; se constata abrumadora ignorancia. Tal parece que el alcalde no ha pisado la calle en milenios. Cómo que no se bebe, y de qué manera, mientras resuenan las músicas de las orquestas en la noche del 19 de enero. De dónde ha obtenido la certeza de que se aguarda hasta después para rendir culto a la copa. Tamaña ignorancia no es creíble. Hila se tienta la ropa, no desea liquidar la esperanza antes de que la realidad de la covid la pasaporte al carajo, como tantas otras cosas.

Anunciemos, porque o los benévolos dioses lo remedian o así sucederá, que no habrá campanadas al igual que se carecerá de Revetla quedando en el aire la cabalgata de la noche del cinco de enero. Es posible que Sus Majestades se limiten a desfile virtual. Lo mejor que puede hacer el alcalde Hila es preparar a la ciudadanía sobre lo que está por venir: nuevas restricciones, fiestas depauperadas, poco vistosas, que es lo que no desea ningún político municipal que aspira a seguir en el cargo.

Consuélese el alcalde de Palma con el hecho de que en 2022 todavía no corresponde ir a elecciones: las urnas aguardan a mayo de 2023. Encomiéndese Hila con paciencia a las fiestas navideñas del próximo año, eleve preces para que sí se puedan organizar sin la pertinaz pandemia campando a sus anchas sin freno; espere las meteduras de pata de la oposición, que seguro que se darán, dada la acrisolada entidad de sus opositores (el general Coll ni está ni se le espera), pero no nos confunda y se confunda argumentando que en Cort no sonarán las campanadas porque se bebe a destajo y en la Revetla acontece lo contrario: no es digno del alcalde de Palma, de político suave como José Hila. Queda el temor a que se le haya contagiado, otra derivada de la covid, la incontinencia verbal de Alberto Jarabo, que actúa sobre el alcalde como la viuda negra sobre sus parejas: araña que después de copular se zampa al macho sin remilgos. Peculiar mundo el de los arácnidos.

Acotación indignada.- Justo donde se inicia el Parque de las Estaciones, frente a la estación de autobuses, a vista del puente, se han levantado diversas chabolas. Quienes las habitan son personas que no tienen dónde cobijarse con los mínimos de dignidad requeridos. Gentes educadas, que eliminan sus basuras, constatan los empleados de Emaya; además, hacen lo que pueden para no molestar. Caso similar a la de la familia de okupas de un local abandonado por una entidad bancaria que ha perdido la vida a causa de un incendio al parecer fortuito. Padre, madre y dos hijos. Ingenua pregunta: cómo no se interviene para ofrecerles a esas personas una vivienda aceptable. Se torna difícil entender, salvo que se acuda a la desidia, dejar que sigan malviviendo en esas chabolas.

Compartir el artículo

stats