Después del oleaje pandémico, a Balears le toca mirar hacia el futuro. Al Govern de estas islas se le presenta un reto aún mayor que la gestión de la pandemia en protección de la gente. Ahora tiene que demostrar cómo gestiona la resiliencia.

Aprender del pasado, encontrar las debilidades que han intensificado la crisis económico social de Balears y ponerle remedio. En este asunto de la resiliencia, llega como bastión de la puerta al futuro la próxima Ley de Educación de Balears. La primera ley educativa que regirá en estas islas desde que el Estatut de Autonomía en 1983 nos proporcionara esa competencia.

La ausencia de ley educativa y de una planificación en el sector educativo que tendiera hacia el avance y el progreso, nos arrojaron hace mucho a los últimos puestos en todos los ranking nacionales en calidad educativa. Conviene aprender del desastre y ponerle solución. Por eso en los acuerdos de Bellver el desarrollo de una Ley de Educación efectiva era una línea roja para Unidas Podemos.

La Ley de Educación se aprueba en el Consell de Govern el próximo lunes y comienza su trámite parlamentario, en el que nosotras seguiremos proponiendo enmiendas, erre que erre con nuestra visión de una escuela pública gratuita y de calidad inmejorable. En esta ley, la inclusión queda garantizada sin paliativos y aún a esperas de mejoras, está claro que se ha pensado por primera vez en la historia de estas islas en la equidad más que en la igualdad y eso es bueno. No todos los niños y niñas tienen las mismas necesidades pero lo que queda claro es que todos y todas tienen que formar parte del sistema educativo. Sin excepción ni excusa.

Gracias a las aportaciones de Unidas Podemos, esta ley será laica y contemplará la igualdad de oportunidades en la escolarización. Recogido por ley estará la educación de cero a tres, la participación de la comunidad educativa y la planificación de las infraestructuras educativas públicas, con la que seguiremos luchando por la creación de nuevos colegios y desde luego, por la residencia universitaria para estudiantes de Formentera, Menorca, Eivissa y la part forana de Mallorca. Una reivindicación de universitarios y universitarias que va camino de convertirse en una petición histórica no escuchada por los Governs que se han ido sucediendo en el tiempo.

Lo que sí quiero adelantar es que estamos empeñadas en que los acuerdos que firmamos para con la ciudadanía se cumplan. Cabezonería pura. Uno de los acuerdos avisa de que avanzaremos hacia la gratuidad progresiva del material escolar para las rentas más bajas. Lo pactado rige. También nos queda mucho por conseguir para estabilizar la plantilla del profesorado. Queremos que vengan, que se queden y que puedan encontrar una vivienda, un piso decente. Dignificar la profesión de la enseñanza es el indicador más potente de una sociedad que cuida su futuro.

Quiero contar que todas las veces que me he reunido con la comunidad educativa se han repetido las mismas reivindicaciones: en Balears sigue habiendo (aunque en progresivo descenso) aulas prefabricadas y unas ratios alumno/aula muy elevadas. La vuelta a la normalidad amenaza con volver a unas ratios más elevadas, y nada garantiza mejor una baja calidad educativa como las clases apretadas. En ese sentido, sabemos que la ley no es perfecta. Con una mayor financiación podría conseguirse, por eso nosotras pedimos dedicar el 6% del presupuesto anual como hacen la mitad de países en la Unión Europea, y así debería asegurarlo la ley. Por eso seguimos apretando a nuestros socios de Gobierno para conseguirlo.

Va siendo hora de percibir la educación como una inversión y no como un gasto. La educación nos garantiza una sociedad libre y de ciudadanos críticos, también sin violencia machista. De hecho, es el mejor antídoto para acabar con los asesinatos machistas. Contar con una educación afectivo sexual potente, que asiente las bases de una sociedad más igualitaria, es imperativo. El futuro de Balears está en las manos de quienes están ahora mismo en la escuela. Por cuestiones como estas, la educación no puede dejarse para después.