Diario de Mallorca

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José Francisco Conrado de Villalonga

Políticos enconados

Sería de una gran ingenuidad pensar que con esta crispación política, desorden y confusión se facilitará la llegada de la ayuda europea

La situación general es de abatimiento, la industria turística colapsada, aeropuerto y puertos cerrados, paro generalizado, empresas sin ingresos, fronteras cerradas, crispación política, insultos, amenazas. El espectáculo político es lamentable, solo les falta a los diputados llegar a las manos en el Congreso. La Unión Europea ha dispuesto casi un billón y medio de euros para la recuperación económica, de los cuales parece que podrían llegar a España unos 150.000 millones, cifra importante. Recordemos que en la crisis bancaria del año 2.008 llegaron 100.000 millones de los cuales se usaron unos 50.000 para apuntalar al conglomerado de cajas de ahorro que se habían unido para formar Bankia. Los que están en política ahora no deberían pensar que este dinero, cuando llegue, lo hará sin condiciones, deberá haber entendimiento, habrá que tener preparados proyectos, inversiones, que creen riqueza y puestos de trabajo, de lo contrario no se podrá disponer de ellos. Afortunadamente, nada de gasto corriente, nada de más ministerios -de 23 sobran 13-, asesores, aumento de empleados públicos. Se exigirá que esta liberalidad y superficialidad general, con que las administraciones publicas sangran el presupuesto se limite. ¿Vendrán interventores del Unión Europea? ¡Ojalá!

Diario de Mallorca publicaba una artículo de Matías Vallés, titulado Aquí no trabaja nadie en el que hacia un análisis contable y llegaba a la conclusión de que, entre pensionistas, parados, Ertes, funcionarios etc., solo 100.000 baleares trabajan y somos un millón doscientos mil o sea que un millón largo viven del presupuesto público, ¡esto es insostenible! Es más, según un informe de la UE, España es el país que tiene más representantes públicos, 400.000, -más que médicos, policías, bomberos?- además, debemos sostener a cuatro millones de parados. Italia tiene 200.000 puestos ocupados por políticos y Alemania, incluidos los Lander, cuenta con 100.000 cargos públicos. Los funcionarios en nuestro país son 2.600.000. Hay un exceso y mucha ineficacia en nómina del presupuesto. Son tantos que no se aclaran ni con las cifras de muertos por coronavirus, Sanidad dice que 27.133, la OMS 29.858, el Instituto Carlos III 43.262, y el INE 48.105 ¿Cómo quedamos? ¿Es tan difícil contar? La realidad, sea la cifra que sea, revela que España lo ha hecho peor que el resto de países europeos. Si llegan los hombres de Merkel pondrán orden en una administración caótica y despilfarradora. Sería una gran ingenuidad pensar que con esta crispación política, desorden y confusión se facilitará la llegada de la ayuda europea y se entregará más dinero para pagar tanto derroche.

Se exigirán acuerdos entre los representantes públicos, diputados, senadores, gobiernos autonómicos, concejales etc. Deberán de proponer proyectos útiles para la comunidad, que activen la economía y den empleo a gente que quiere trabajar, que los hay y no pueden. Acuerdo difícil en este momento, pues los que detentan el poder político se afanan en el insulto y la descalificación; las sesiones en el Congreso son un lamentable espectáculo. No se saludan, pero si se amenazan con "darse de leches", (la Real Academia recoge esta expresión). Si son nuestros representantes, los insultos y el guirigay que se organiza en el graderío, debemos entender que lo hacen en nuestro nombre. En el mío no, que conste. ¿Saben distinguir estos políticos, donde está el límite entre la opinión y el insulto?

En estas circunstancias en que no es aconsejable darse la mano, -forma usual de saludarse en España-, podemos sugerir otras maneras de hacerlo algo más educadas que las que emplean ahora, encajarían mejor en un ambiente claramente mejorable, el codazo no parece muy amistoso. Pero existen otras formas habituales en otros países, ejemplos los hay variados. Veamos, en Nueva Zelanda el saludo es el hongui o saludo maorí, que consiste en juntar nariz con nariz; en India se unen las manos a la altura del pecho; en Japón hacen una ligera inclinación de cabeza; en el Reino unido no se tocan pero mantienen una "small talk", breve charla, sobre el tiempo, esto evita silencios incómodos; en Rusia se dan tres besos cerca de la boca; los norteamericanos, algo toscos, chocan los puños amistosamente y en el Tíbet se sacan la lengua, (que no tomen este ejemplo). En España y en estos momentos el que se ajustaría más al ambiente político dominante, sería que se dieran unas coces como hacen los cuadrúpedos.

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