La noticia no es que el Gobierno caliente motores para robarnos el 75 por ciento de descuento en los billetes de avión, lo sorprendente es que todavía quede en Mallorca un porcentaje de tal entidad a rapiñar. Procede felicitar a Ábalos, el conde Drácula de Pedro Sánchez, por su habilidad para localizar vías de sangre inéditas por donde vampirizar a los mallorquines. En efecto, el ministro que hundirá al PSOE en toda España habla de momento de Canarias, pero pueden imaginar el maltrato que infligirá a Balears, si se atreve hasta a cuestionar al único archipiélago verdadero.
El ataque del Gobierno al 75 por ciento se inicia con la maniobra cantinflesca de cotejar a las personas de rentas altas que viajan en avión. Esta idea, digna de un Gobierno que acaba de regalar La Moncloa, no se les ha ocurrido con los hospitales públicos mucho más caros que el descuento aéreo. Ni con las escuelas concertadas que seleccionan a ricos alumnos de pago con fondos públicos. La canaria Ana Oramas ya ha expuesto la paradoja del AVE, pero se puede ahondar en ella. El pasajero en Primera de ese tren no paga el valor real del billete. Se lo abonamos nosotros, y para eso nos arrebatan el descuento aéreo.
No solo nos roban el 75 por ciento, sino que encima nos llaman ladrones por emplear el avión para salir de Mallorca. Y ganarán, porque ahora saldrá en apoyo de esta faena la cobarde sociedad civil de pago con sus instituciones alcanforadas, la UIB cadavérica, los sindicatos y demás charlatanes que recibieron con júbilo la osamenta del REB en su entierro. Se felicitarán unánimemente de otra sabia medida del PSOE, porque así los mallorquines dejarán de volar para salir de la isla, y ya no contaminarán un planeta al que no tienen derecho. Los ectoplasmas citados son más culpables que las compañías aéreas de que nos roben el único 75 por ciento de miseria que nos quedaba.
