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TEMPUS EST IOCUNDUM

Joan Riera

El monopolio de la corrupción

Una de las frases célebres de uno de los presidentes más celebrados de los Estados Unidos, Stephen Grover Cleveland: "Dejemos que los del partido de enfrente tengan, en esta campaña, el monopolio de toda la suciedad".

Quedan diez meses para que los electores de Balears decidan quién presidirá el Govern y los 67 municipios de la comunidad. Si tenemos en cuenta cómo cambió la situación política española en una semana, resulta imposible pronosticar cuál será el resultado de la llamada a las urnas. Sin embargo, es posible firmar un retrato del momento actual y aventurar hechos que sin duda ocurrirán.

El primero es que todos los partidos intentarán hacer suya la frase del vigésimo cuarto presidente de los Estados Unidos y trasladarán a sus rivales la carga de la corrupción. Casi todos la llevan a sus espaldas. Solo quien tenga éxito en aparentar inocencia incrementará su cotización electoral. No es una cuestión de matemáticas. El número de encausados o las cantidades sustraídas al erario público no serán determinantes. Es una cuestión de sensaciones. ¿Cuál será en mayo el partido más señalado? Hoy es el PP. Ayer fueron el PSOE de Felipe González o la UM de María Antònia Munar.

El PP sería un partido insignificante en el Parlament si hoy se celebrarán elecciones. Pero faltan diez meses. Los socialistas estaban en la misma situación que los populares hace 60 días. Bastó la victoria de Pedro Sánchez en la moción de censura para que también empezara a ganar encuestas. ¿Tendrá el partido conservador su revulsivo en Pablo Casado. El sistema de primarias con una doble vuelta ha abierto heridas en las filas populares. Balears tampoco es un remanso de paz. José Ramón Bauzá parece más dispuesto a poner palos en las ruedas de Biel Company que a ayudarle a conquistar el Consolat.

Los dos grandes partidos de la política estatal dependen de cómo funcionen sus líderes para saber cuáles serán sus resultados en las autonómicas. Sánchez y Casado pueden elevar a la estratosfera a sus formaciones o hundirlas de nuevo en la miseria. Un error en políticas migratorias, las calles bloqueadas, un máster más o menos, otra sentencia de corrupción... pueden ser la gota que colme el vaso de la paciencia ciudadanas.

¿Y la gestión de Francina Armengol? Si creemos en las estadísticas, basta recordar que ningún presidente balear ha repetido el cargo desde 1995.

Més llegará a mayo con la virginidad perdida. La de las altas responsabilidades de gobierno -el Consell y Cort- y la de aprovechar las conselleries para pagar favores al gurú electoral. ¿Verán perdonados sus pecados o arderán en el infierno de la oposición?

Quien escuche a Jaume Font acabará convencido de que El Pi arrasará en los comicios de mayo, pero el político de sa Pobla emana el optimismo propio del vendedor de neveras en el Polo Norte.

Ciudadanos carece de líder regional. Joan Mesquida no supondrá una mejora sustancial del carisma que desprende Xavier Pericay si se produce un cambio de cartel.

Podemos recuerda la película La vida de Rian. El abandono del 30%de sus diputados en el Parlament se asemeja a las escisiones del Frente Popular de Judea, el Frente Judaico Popular o el Frente del Pueblo Judaico. Ya ni siquiera cuentan con el factor de la inocencia política y su líder, Pablo Iglesias, es cuestionado por el Frente Popular de Judea, perdón, por los Anticapitalistas, por la compra de su mansión en la Sierra madrileña.

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