No falta ni un solo ingrediente. Personajes famosos, parajes exclusivos, inmuebles de lujo, negocio y conflicto vecinal. ¿Se puede pedir más? Si, falta una dosis de medio ambiente y otra de confusión administrativa, pero no se preocupen porque también aparecen en el glamuroso culebron de verano, con pleito de por medio imprescindible, tratándose de Mallorca, que hoy salta a la opinión pública a través de las páginas de este periódico.
Willi Weber ha sido manager de conocidos pilotos de Formula 1, entre los que figuran los hermanos Schumacher. Tiene casa en el exclusivo Camp de Mar y por vecina ausente a Claudia Schiffer. Doble privilegio, tanto en lo bueno como en lo malo. Ahora la relación vecinal entre ambos anda por caminos torticeros que conducen al juzgado y quien sabe si a la especulación inmobiliaria directa. La fama es muy celosa, por eso cuando halla reciprocidad degrada a pleito su élite con tanta frecuencia.
Weber ha presentado una querella criminal contra Schiffer por una triple causa, nada menos que allanamiento de morada, apropiación indebida y delito contra el medio ambiente. En el meollo del conflicto está la tala de dos pinos de grandes dimensiones, 10 metros de altura por 37 centímetros de diámetro, que se alzaban en la finca del manager y según la denuncia, fueron aniquilados por iniciativa de los Schiffer. Ya han declarado en el juzgado los dos jardineros que consumaron la tala. Uno, también denunciado, indica que actuó por orden del marido de la modelo alemana y el otro que simplemente atendió la petición de ayuda de su compañero, dada la envergadura de la operación. No hay desperdicio alguno en el desbroce realizado, sino más bien desmesurado interés en hacer leña de los árboles caídos. La denuncia no se anda por las ramas. Weber asegura que con el presunto allanamiento de morada consumado, no solo han desaparecidos dos pinos singulares. También se ha esfumado la sombra que le aliviaba los calores del verano y estropeado para siempre los aparatos de aire acondicionado.
Además, el denunciante afirma conocer el objetivo último de este vendaval de laboratorio. Sostiene que los pinos fueron talados con la pretensión de mejorar el entorno de la casa de la modelo alemana que desde hace años está en venta. Sin estorbos visuales, se incrementa su cotización. Ya comenzamos a intuir por tanto cómo y cuánto se cotizan las vistas que marcan la geografía residencial de Claudia Schiffer. Si las cosas no cambian de rumbo es muy posible que ella misma deba pisar la pasarela de los juzgados de Palma para explicar cómo las administra. Será otro tipo de vista, tanto personal como procesal.
