Un periódico catalán se ha atrevido a confeccionar un breve pero expresivo reportaje sobre el hecho de que, después del 15M, y de que se haya conocido la proletarización de buena parte de la clase media a causa de la crisis, los profesionales de la política alardean, en muchos casos con afectación, de sus orígenes humildes. Ada Colau, Meritxell Batet, Carme Chacón, Alberto Núñez Feijóo, Pablo Iglesias, Susana Díaz, Cristóbal Montoro Este alarde tiene un evidente tufo norteamericano, ya que en este gran país, formado de aluvión, ha sido constante en el surgimiento de ´self-made man´ que llegan a lo más alto, gracias a una plausible movilidad social.
Los politólogos consultados por el rotativo en cuestión sugieren cierta impostura en este mimetismo y ven con escepticismo estas tácticas con las que los profesionales de la cosa pública tratan de acercarse a la calle y conectar mejor con las bases. Es muy meritorio el esfuerzo de quien asciende socialmente desde unos orígenes humildes pero no garantiza ni mucho menos una competencia especial, como tampoco es garantía de nada la alta cuna.
A fin de cuentas, pertenecemos a un ámbito democrático europeo en que la igualdad de oportunidades en el origen es ya un hecho -aunque siempre mejorable, por supuesto- y lo importante no es constatarlo a cada paso sino conseguir que por esta vía dispongamos de una mejor clase política capaz de construir una sociedad mejor. Y de eso sigue habiendo serias dudas.