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Llorenç Riera

Sospechas y eficacia de las vacunas

La información sanitaria y el fácil acceso a ella está hoy más extendido que nunca, pero también mucho menos contrastada que antaño, cuando era materia confiada y casi dependiente en exclusiva de los profesionales del cuidado y prevención de la salud.

Cualquiera tiene opción de curiosear, en internet sin ir más lejos, sobre la enfermedad que le inquieta o la medicina que considera reparadora. La tentación es fácil, desde ahí mismo se puede derivar en la enfermedad de creerse documentado y solvente para adoptar decisiones sanitarias que, por puro sentido común, requerirían el aval y la receta de un galeno.

No deja de ser una forma moderna de automedicación, práctica que, desde siempre, también en buena lógica, ha resultado contraproducente y ha tenido claros efectos secundarios. El paciente nunca puede pretender saber más que el médico. Y ocurre con demasiada frecuencia, provocando con todo ello una preocupante intoxicación de los usos y costumbres sanitarios. Habrá que aplicar pues los antibióticos de la coherencia y la responsabilidad.

Todo lo dicho vienen a cuento de la inquietud creada a raíz del brote de difteria desatado en la población catalana de Olot. Es una enfermedad controlada porque está cubierta la vacuna hexavalente que en España recibe entre el 95 y 97% de la población infantil. Las autoridades sanitarias recomiendan y los padres deciden. En el caso aludido, los progenitores habían preferido no aplicar la prevención y la enfermedad ha aparecido en su entorno familiar.

El virólogo de Son Espases, Jordi Reina está convencido de que, en la actualidad, no aplicar una vacuna, preventiva en su propia composición y definición, es un acto de egoísmo por parte de los padres. Lo afirma en declaraciones realizadas a esta misma edición de DIARIO de MALLORCA. El especialista aclara que tales vacunas son hoy unos fármacos "eficaces y seguros" y no halla base científica en la decisión de querer hacerlo todo de forma natural. Es por esta vía que llega a la acusación de egoísmo al comprobar que quienes no vacunan a sus vástagos se benefician de los demás al aprovecharse de un marco de convivencia que sí ha adoptado medidas preventivas. El virólogo niega validez a la condición de nocivas de algunas vacunas debido a su aporte de mercurio y considera una exageración calificarlas como un mero negocio de las farmacéuticas.

Las vacunas siempre han tenido defensores mayoritarios y detractores en minoría. A las consideraciones habituales que se hacen sobre ellas habrá que añadir el factor actual de la alta fluctuación demográfica y más en concreto de los movimientos migratorios internacionales entre gentes de cultura, hábitos y comportamientos sanitarios a veces chocantes. Algunas enfermedades están erradicadas gracias a las vacunas, otras controladas. Sería una lástima que se malograran los beneficios obtenidos y que volvieran a afluir viejas dolencias.

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