Alberto y Laura Caballero son unos expertos sacando punta de personajes que, por radicales, rozan el patetismo y provocan la risa por la vergüenza ajena que hacen pasar al público. Lo han hecho en títulos como 'La que se avecina' (solo hay que recordar a tipos como Antonio Recio), 'Aquí no hay quien viva' y 'El pueblo', y ahora repiten la fórmula en 'Machos alta', su primera serie para Netflix, una divertida comedia que muestra a cuatro amigos cuarentones totalmente descolocados por sus crisis de masculinidad.

Todos ellos están perdiendo su trono como machos alfa y los privilegios a los que estaban acostumbrados. Años atrás habrían sido unos completos líderes al mando de sus relaciones, su trabajo y su vida… pero les ha tocado vivir en la era de la igualdad, bajo unas nuevas reglas que no comprenden (o no quieren comprender, porque ya les iba bien como estaban). Pero el problema es que la sociedad ha cambiado, y se ven obligados a adaptarse a los nuevos tiempos. "Son situaciones que puede que hace 15 años no sonaran mal, pero ahora ya no es así", reflexiona Raúl Tejón, que da vida a uno de los protagonistas, al que su novia (Kira Miró) hace una propuesta inesperada.

A los otros tres amigos los interpretan Fernando Gil, en el papel de un directivo de televisión con problemas laborales; Gorka Otxoa, como un padre divorciado con una hija adolescente (Paula Gallego), y Fele Martínez, que da vida a un policía local casado con la libido "de una alcachofa" (como define con precisión su mujer en la serie, Raquel Guerrero). "Son cuatro tipos muy diferentes, lo que permite que los conflictos sean muy variados", valora el propio Martínez, mientras Gil habla de cómo su personaje sirve "para convertir de la noche a la mañana a un triunfador en un perdedor y ver cómo se reinventa alguien que está acostumbrado a ganar siempre". "Es divertido ese ejercicio de enfrentar a un Miura como él a un vacío", resume el actor.

Experiencias personales

Los hermanos Caballero aprovechan el humor para abordar un tema tan espinoso como el machismo y la masculinidad tóxica, que está en nuestra conversación diaria. De hecho, sus creadores reconocen que es la serie en la que más experiencias personales han incorporado. Pero lo hacen a partir del humor, lo que les concede más manga ancha. "La comedia hace que te quites corazas a través de la risa. Es un buen momento para meterte carga de profundidad y abrirte melones. Esta serie, más que dar lecciones, lo que pretende es abrir debates", afirma Fernando Gil.

Su compañera María Hervás también lo ve de la misma forma. "Hay que reírse de todo esto porque, si no, genera rechazo. Si a los típicos machos alfa se lo quieres contar desde la agresión, van a cerrarse en banda. Pero si lo haces desde la guasa, igual un día están viendo el capítulo cinco y dicen: ¡Anda, pero si lo que hace ese lo hago yo a menudo! Eso sería un éxito", comenta la actriz.

10 episodios de 30 minutos

Hervás, que repite con los Caballero después de 'El pueblo', recalca que la serie no solo critica los roles instaurados de masculinidad tóxica. "También los que a veces adquirimos las mujeres educadas en el mismo patriarcado". Pero el acierto de la serie es que, aunque los personajes se equivoquen, "no se hace sangre con ellos", como señala Raúl Tejón. "Igual que son patéticos, nos los muestran muy humanos, con lo cual también podemos empatizar con ellos o incluso sentir vergüenza ajena", añade.

Contar con María Hervás como una de las protagonistas no es el único guiño que hacen los creadores de la serie a sus anteriores títulos, ya que hay 'cameos' de actores como Nathalie Seseña, Luis Merlo y Santi Millán, que han tenido papeles de relevancia en 'La que se avecina' y 'El pueblo'. Pero ahí quedan las similitudes, porque hasta los capítulos tienen poco que ver en la duración: cada uno de los 10 episodios de 'Machos alfa' dura solo alrededor de 30 minutos.