Francisco acudió decidido a 'First dates' para acabar de una vez por todas con una soledad casi inaguantable para él. Este jubilado cordobés de 77 años, que llegó con ilusión y con la intención de buscar una mujer para compartir momentos en la vida, aunque, eso sí, con condiciones: "Que esté libre de cargas, que tenga su pensión".

Instantes después, Francisco supo que iba a conocer a Victoria, una jubilada de 72 años cuyas pasiones era el crochet y TikTok. "Esto es lo que quería mi madre para mí", dijo el cordobés tras tener su primera toma de contacto con la señora.

Una vez tomaron asiento en la mesa que el programa les reservó, lo cierto es que los dos aprovecharon la velada para conocer un poco más a fondo. De hecho, Francisco se abrió de tal manera que le hizo una dura y triste confesión a Victoria completamente sin tapujos: "Hasta ahora no buscaba, pero ya estoy que me subo por las paredes".

"Te lo digo y no se me caen los anillos, algunas tardes y algunas noches me harto de llorar. Estoy muy solo, no pasan ni las moscas", afirmó el caballero sobre cómo se sentía tras la muerte de su esposa por un cáncer.

Después de que Victoria le preguntase por dónde estaban sus hijos, Francisco le aseguró que no quiere "molestarles": "Ellos tienen sus casas, tienen sus familias".

Por su parte, la señora afirmó que, afortunadamente, tenía a su familia alrededor, con sus hijas y sus nietas; pero también reconoció que experimentaba otro tipo de soledad cuando todas ellas se marchaban y no tenía a nadie con quién conversar.

Dejando aparte este asunto, Francisco le habló a Victoria que sus intentos por encontrar pareja no habían ido del todo bien, porque en los pueblos pequeños las mujeres no se atreven a quedar a tomar un café por el qué dirán. Por su parte, la jubilada se lamentaba de que tampoco tenía a nadie con quién salir a bailar.

En los últimos minutos, desafortunadamente, ambos comensales no pudieron acabar con su soledad. En 'La decisión final', Victoria no quiso una segunda cita con Francisco al considerar que no era su tipo, algo que el cordobés aceptó con resignación: "No le puedes gustar a todo el mundo".