­El Principito, esa "pequeña joya" literaria del siglo XX repleta de "valores humanistas", en palabras de Olivier D'Agay, director de la gestión del legado del escritor y aviador francés Antoine de Saint-Exupéry, se reinventa en una serie de dibujos animados que se estrena el domingo en Disney Channel.

Tres años y 450 animadores han hecho falta para plasmar el sueño de los herederos de Saint-Exupéry de "llevar a los niños del siglo XXI" el mensaje universal de "tolerancia, paz, ecología y amistad" de El Principito, afirma D'Agay.

Es "un libro mágico", "el más traducido en el mundo", exactamente "a 257 lenguas hasta hoy y cuyo éxito "no se puede explicar", según el sobrino nieto del celebre aviador, quien considera que todo el mundo debería tenerlo "en su mesilla de noche" o bien releerlo cada diez años, ya que su mensaje nunca se agota.

"Es increíble, es mágico, es un libro que aporta soluciones, que consuela, que es para adultos y para niños, que tiene un lenguaje muy humano, humanista y poético, incluso filosófico", subraya D'Agay, cuya frase favorita de El principito es: "uno es para siempre responsable de lo que domestica".

Pero la serie "no es una adaptación" de ese icono de la literatura infantil, precisa el director de la Sucesión Antoine de Saint-Exupéry, que gestiona todos los derechos de la obra del autor de Vuelo de noche (Premio Femina) o Tierra de hombres (Gran premio de novela de la Academia Francesa).

Y precisa que "más del 80 por ciento de los ingresos" que recibe la familia, incluidos los de la serie de televisión que ya se ha vendido "a medio centenar" de países, van destinados a la Fundación Antoine Saint-Exupéry para la Juventud, a exposiciones y a museos.

La serie, que se sirve de la alta definición y del formato 3D, se proyecta como una secuela y transcurre en veinticuatro planetas que recorre el Principito, junto a su inseparable amigo el Zorro, en su camino de regreso desde la Tierra a su pequeño asteroide B612, donde le espera la Rosa, protegida bajo una campaña de cristal.

El Zorro, que representa la amistad y en cuya boca puso Saint-Exupéry la famosa frase "lo esencial es invisible a los ojos"; la Rosa, que simboliza las relaciones indestructibles; y la Serpiente, que siembra caos e "ideas negras" allí por donde pasa, son tres de los personajes que saltan del libro a la serie.