El inicio de este itinerario (39ºN 49 575 / 002ºE 50 824) está en el punto kilométrico 25,200 de la carretera Pollença- Andratx, junto al restaurante de Escorca y frente a la barrera que da acceso a las casas de Escorca y a la iglesia de Sant Pere, pequeña joya de la arquitectura rural religiosa del siglo XIII. Situados de espaldas a la barrera, en el lado derecho de la carretera, en dirección a Sóller, nace el camino del torrente de Pareis.

En el primer tramo el camino se adentra por una zona de antiguos campos de cultivo en la que se pueden observar rotlles de sitja. Acabada la zona de cultivo, iremos intuyendo el gran vacío que forman los hoyos de los torrentes de Lluc y de Pareis. Para llegar a ellos deberemos acertar la dirección hacia la izquierda que toma el camino, señalizada con un gran hito. A la derecha de la ruta, sobre el precipicio, encontraremos una roca con un orificio, la peña Foradada.

Desde esta peña giraremos a la izquierda para así coger el camino que en zigzag nos llevará hasta el lecho del torrente de Lluc. La bajada salva un fuerte desnivel y tiene como telón de fondo el Entreforc, con su espectacular brecha. Este camino ofrece múltiples atajos y también nos ofrece la visión del puig Roig y las casas del Cosconar en forma de mancha blanquecina. Más a la izquierda, en el centro del collado formado por el puig Roig y la serra de les Farines, podremos distinguir el que fue cuartel de carabineros, pendiente de restauración.

En el último tramo de este camino se levanta una higuera, a la izquierda, aferrada a las rocas, en la que también hay un muro de pared que sirve de refugio para las ovejas, y que nos servirán de puntos de referencia. Antes de alcanzar el torrente de Lluc nos detendremos para contemplar, frente a nuestra ruta, la grieta vertical que forma el torrente dels Boverons, que nace entre las casas del Cosconar y el cuartel de los carabineros.

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Excursió al Torrent de Pareis.

El Entreforc y la Fosca

Situados en el lecho del torrente de Lluc, torcemos a la izquierda. En este punto existen dos opciones: avanzar saltando de roca en roca o, en el caso de que el torrente lleve mucho caudal, ir por un camino que existe a la izquierda del mismo, entre el carrizo. El lugar en el que se juntan el torrente de Lluc o de Albarca y el del Gorg Blau recibe el nombre de Entreforc, una auténtica maravilla geológica. Las paredes verticales del cingle des Niu des Voltor y de la serra de ses Farines llegan aquí a los 200 metros.

El tramo final del torrente del Gorg Blau, que nos queda a nuestra izquierda, de aproximadamente un kilómetro y en el que la luz del sol prácticamente no entra a causa de la proximidad de las paredes laterales, es conocido como la Fosca, símbolo de la Mallorca escarpada y recóndita.

En la entrada a la Fosca podremos observar cómo crecen la hiedra, los laureles y las higueras salvajes. El misterio de sa Fosca fue desvelado por un grupo de jóvenes montañeros mallorquines que siguieron su recorrido en 1965. Sobra decir que desafiar su recorrido está reservado para aventureros expertos con sólidos conocimientos de las técnicas de descenso con cuerda, nociones de escalada y resistencia física. En cualquier caso, sí se puede visitar su entrada, adentrándose un centenar de metros y subiendo con cuidado hasta cerca del peñasco Entravessat.

Torrent de Pareis Shutterstock

La Cova des Soldat Pelut

Si levantamos la vista observaremos ante nosotros, arriba, a la derecha, un agujero negro, casi inaccesible. Se trata de la cova del Soldat Pelut. Se cuenta que un soldado desertor de las levas del siglo XVIII, se refugió en este hueco y cuando los agentes de la autoridad iban a capturarle, saltó y logró llegar al otro lado, por el que huyó. De ahí el nombre de El Salt des Soldat Pelut, que se refiere al lugar más estrecho, donde las paredes están separadas por sólo un par de metros. En el Entreforc buscaremos un paso a la derecha del lecho del torrente que nos dejará en la Llosa, otro paso situado en un conjunto de grandes rocas en las que se han hecho algunos escalones a martillazos para evitar los resbalones.

Desde la Llosa llegamos a la primera de las grandes pozas (gorgs) que iremos encontrando hasta llegar al mar. Se trata de el Gorg des Cingles, que, como el resto, suelen estar secos en verano. El resto del año, aunque el agua del torrente no corra, conservan agua estancada. La siguiente poza que encontraremos, después de muchos saltos de roca en roca y de ir hacia un lado y otro en busca del itinerario a seguir, será el Gorg del Capellà, que identificaremos por su longitud, al ser una de las más largas, y por describir una suave curva con tendencia final a la derecha. Este gorg debe su nombre a un sacerdote de Lluc, el padre Riera, que murió ahogado en él cuando iba de Lluc al oratorio de Sant Llorenç, entre la Calobra y Cala Tuent, acompañado de dos blavets.

El siguiente gorg es el de Sa Figuera, tras el cual llegamos al punto donde se halla la cova de Romegueral, a la derecha del torrente, con una curiosa forma de pera. Después de la cueva, las paredes del torrente se vuelven a estrechar. En este lugar podemos localizar el salto del Soldat Pelut, cuya leyenda se comentó anteriormente.

Dos pasos importantes que encontraremos más adelante será el llamado paso de los ‘grassos estrenyeu-vos’, muy angosto, a la derecha, y otro a la izquierda que recibe el nombre de pas de s’Estaló, llamado así por el tronco que, a modo de escalera, y siempre que las lluvias de invierno hicieran el duro trabajo de traerlo, la gente colocaba en este lugar para salvar el desnivel.

El Degotís

A unos cinco minutos de este empotrado paso y tras franquear el Gorg de Sa Creu, que toma su nombre de la cruz que se colocó sobre una gran roca situada en el centro del torrente en memoria de un joven muerto en esta poza en 1956, llegamos al Degotís. Se trata de una curiosa fuente que gota a gota no deja de chorrear agua desde una altura de unos cuatro metros. El Frare, una roca alta y estrecha que se levanta desde el lecho del torrente, aparece después de pasar el Degotís.

El lecho en esta zona es más abierto, pero aún nos esperan algunos pasos más, como el de la Fonteta o de l’Anguila, y el Esbaldregat, último obstáculo del itinerario, que presenta una estrecha senda a la derecha. Desde este lugar, ya cerca de la desembocadura, parten dos abruptos caminos. El de la izquierda, con un marge bien visible, comunicaba las pequeñas zonas de huerto de la desembocadura del torrente con las cases de possessió del Bosc. A la derecha, se halla el principio del camino del pas de l’Argamassa, que enlazaba la Calobra con el morro de la Vaca y con las casas del Cosconar.

El mar aparece ante nosotros y nos despedimos de los gorgs, los últimos, dos de aguas poco profundas, el de la Xemeneia, a la izquierda, y el de l’Olla, a la derecha. Terminamos la excursión dejando a la izquierda la Font Salada, muy cerca del lugar en el que cada verano se celebra el concierto del Torrent de Pareis. Cruzando un moderno túnel llegamos a la cala de la Calobra, donde nace la carretera que comunica este enclave con Lluc y Sóller y desde el cual parten, sólo en algunas épocas del año, barcos turísticos hasta el Port de Sóller.

Guía de excursionismo de Mallorca, por Gabriel Rodas.