Itinerario, paso a paso

Biniaraix marca el punto de partida de esta excursión. Podemos acercarnos al pueblo a través de Sóller o de Fornalutx, por la carretera que se dirige a Lluc, la del Puig Major. Si lo hacemos por Sóller, poco antes de entrar en el llogaret encontraremos el viejo puente de Biniaraix, reconstruido en el año 1886. En este pueblo han vivido, entre otros artistas, los pintores Francisco Bernareggi y Juli Ramis, y una cantante, Maria del Mar Bonet, siempre ha declarado su amor por sus empinados y empedrados callejones, y por su bella arquitectura tradicional.

LA PLAÇA CONCEPCIÓ DE BINIARAIX

Un buen lugar para empezar este itinerario es la plaça Concepció, que constituyó la antigua alquería musulmana de Biniaraix y que a raíz de la Conquesta fue a parar a manos del obispo de Girona, quien la cedió a su sobrino Guillem de Torrella. La iglesia parroquial de la Inmaculada empezó a construirse en el año 1587 y se terminó en 1634. Consta de una sola nave, de 330 metros cuadrados de superficie, y tiene una altura de diez metros. Destaca el campanario de planta cuadrada y remate piramidal. Por los alrededores podemos contemplar algunas casas con tejas pintadas del siglo XVIII. Desde la plaza, donde antiguamente se encontraba la era de batre comunal, cogemos la calle de Sant Josep. Ante el casal de Cas Don, del siglo XVII, dejaremos la desviación a nuestra izquierda, apta para vehículos, que proviene de Fornalutx. Pasada la desviación llegaremos a una placita donde están los lavaderos públicos (39º46’14,87 N / 2º44’10,11 E), bien conservados. En la placita encontramos un monolito colocado en 1961 y dedicado al movimiento escolta de Sóller, con una inscripción en la que puede leerse: “Deixeu aquest món millor del que l’heu trobat”. Máxima que, todos, deberíamos aplicar a los caminos de montaña por los que transitamos. Los lavaderos, que datan del siglo XVIII, reciben el agua de la Font d’en Det. La fuente debe su nombre a Guillem Deià, Det, quien en 1868, guiado por un zahorí, abrió un pozo y encontró el agua que buscaba para los terrenos dedicados al cultivo de cítricos.

EL CAMÍ DE MONNÀBER

En la placita de los lavaderos nacen dos caminos. El de la derecha conduce a las tierras de Cúber a través del Camí del Barranc de Biniaraix, ya descrito en otra ruta de este coleccionable. El de la izquierda, el nuestro, es el Camí dels Marroigs o de Monnàber, que toma su nombre de la gran possessió de montaña, más elevada. Sobre la etimología del topónimo, se plantea que procede de la combinación del término latín mont y del árabe náuar (flores), de la que se deriva “montaña de flores”. Este camino está asfaltado y es accesible sólo para vehículos de vecinos. Andaremos por esta estrecha carretera, siempre en subida y entre olivares, durante cerca de cuarenta minutos. Pasaremos junto a propiedades como Ca Na Margo o Ses Planes. A medida que ganemos altura, las vistas sobre Biniaraix y Fornalutx serán cada vez mejores. Transcurridos entre veinte y treinta minutos, según el ritmo que alcancemos, observaremos, a la izquierda, el Camí des Creuer, procedente de Fornalutx.

Seguiremos por la carretera, aunque enseguida se nos aparecerán restos de camino empedrado que podremos coger a modo de atajo, a la altura de Cal Pelat.

LA FONT DE NA MARTORELLA

Después de un tramo en el que la carretera presenta algunos muros derrumbados (a la derecha), llegaremos al inicio del Camí de Na Martorella (39º46’ 47,92 N / 2º45’ 9,17 E). Lo podremos identificar al encontrarse junto a la entrada a Ca’n Pera. Se nos presenta enmarcado por dos paredes con una acequia en uno de sus lados por la que baja el agua procedente de la Font de Na Martorella. Si ontinuáramos por la carretera por la hemos ido subiendo acabaríamos en las cases de les Cabanes. Los primeros metros del Camí de Na Martorella los damos por una larga recta, sorteando la incómoda vegetación, especialmente las zarzas. Conviene tomárselo con calma y reservar fuerzas, porque de aquí al Portell de Sa Costa habrá que salvar un desnivel de cerca de seiscientos metros. Enseguida llegamos a la Font de Martorella, señalizada. Un poco después el camino se nos muestra con numerosas piedras sueltas. La última limpieza de esta vía se realizó en el año 2002, con las manos de los integrantes del Grup Excursionista de Mallorca (GEM). El Consell de Mallorca todavía tiene que cumplir un proyecto de rehabilitación anunciado en su día. Pasado un camino de carro, proseguimos entre porxos, olivos y marges. El olivar deja paso a la garriga y disfrutamos de bellas vistas sobre el gigantesco Penyal des Migdia (1356 m), la Coma de n’Arbona y, al fondo, medio escondido, el Puig Major (1436 m). Detrás se levanta el Puig de Sa Bassa (819 m), cúspide de la Comuna de Fornalutx. Bajo nuestros pies contemplamos toda la Vall de Sóller.

Tras una breve bajada, nos entregamos al último tramo de la áspera ascensión por un camino este enclave es un mirador magnífico. De espaldas al portillo, a nuestra derecha tenemos el barranc de Biniaraix; enfrente, el Puig de l’Ofre, caracterizado por su silueta cónica, y entremedias el Pas de l’Encletxa–; y a la izquierda, encajonada entre la Serra de Son Torrella y la Serra de Cúber, queda la Coma de Son Torrella, hacia la que nos dirigimos. Por nuestra izquierda bajamos al valle cárstico y a los pocos metros encontramos un cercado. Lo bordeamos por la izquierda. Pasamos junto a un pozo, en la parte posterior de una construcción rústica. El camino se ensancha mientras se multiplican los pinos, plantados recientemente. Enfilamos el Puig Major, con Sa Rateta (1113 m) dominando nuestra derecha y el Penyal Xapat (1013) a la izquierda. Franqueamos un portillo sin barrera y dejamos a la derecha un abrevadero. Entramos en un bosque de encinas con carboneras y a los pocos minutos llegamos a la carretera Sóller- Lluc, a la altura de la boca sur del túnel de Monnàber (39º47’ 14,68 N / 2º46’ 42,49 E). Superamos la barrera final por una vieja escalera metálica.Foto y texto: Gabriel Rodas