Polémicas al margen por lo explícito de varias secuencias de sexo, ésta es una excelente película que rompe todas las habituales barreras a la hora de acercarse a la intimidad de un personaje, ofreciendo un retrato inusitadamente fiel del mismo que cala de forma profunda en el público. Una cinta notable en todos los aspectos que revela en su director, el tunecino Abdellatif Kechiche, una sensibilidad extraordinaria para atrapar la auténtica personalidad del ser humano.

Conocido en España por 'La escurridiza' o cómo esquivar el amor y 'Cous-cous', ambas estrenadas en Alicante en la Filmoteca, el salto cualitativo que ha experimentado su cine en pocos años ha sido considerable y la mejor prueba de ello es que estamos ante la gran triunfadora del Festival de Cannes de 2013, cuyo jurado presidió Steven Spielberg, galardonada con la Palma de Oro y con el premio FIPRESCI de la crítica. Es más, excepcionalmente el Jurado acordó mencionar en el acta el soberbio trabajo de las dos protagonistas, Adele Exarchopulos en el papel de Adele y Lea Seydoux en el de Emma, y del realizador. Aunque es probable que sus tres horas resulten excesivas para algunos, hay que decir que pocas veces un metraje semejante ha estado tan justificado.

Empeñado en efectuar una versión fiel de la novela gráfica de Julie Maroh 'El azul es un color cálido', el director se mete de lleno en la piel de Adele, que está a punto de cumplir los 18 años, sin ningún tipo de cortapisas, desnudando el cuerpo y el interior de una muchacha que acude al instituto y que está experimentando los lógicos problemas del despertar al sexo. Lo más relevante es que asistimos a la definición de su opción sexual con una minuciosidad y capacidad de convicción insólitas. Y la mejor forma que ha encontrado Kechiche para ilustrarlo es recrearse en varias escenas que, en efecto exigen el máximo de dos grandes actrices que viven intensamente sus cometidos.